Críticas sobre la heladería Coppelia trascendieron en redes sociales. Cientos de cubanos llamar al sitio ubicado en el Vedado habanero: un horror de lugar.
“Si hay un lugar malo es este, desde la 1:00pm en la cola y entré a las 5:15 pm, muy mala atención y sin hablar del trapicheo que tienen formado aquí, final un lugar tan famoso y tan malo. Trabajadores en una cancha y ninguno te atiende, el agua caliente, en fin todo malo, hace más de 2 años que yo no venía al Coppelia y por lo que viví hoy, no pienso ir más”, escribió un internauta en un grupo de Facebook de La Habana, donde su pie forzado generó cientos de comentarios de otros cubanos.
Para Zureimi Álvarez es un “horror de lugar” y agrega “más con aquella pelea tumultuaria, no pongo ni un pie ahí, prefiero comprar la tina en 2000 y que los míos la disfruten en casa. Ya bastante maltratos hay que soportar, para encima salir a buscarlos”.
Odalay Ferrer relata lo que vivió recientemente en dicha heladería.
“El viernes 2 de septiembre, fui con mi hija y pude ver cómo entraba un joven con una mochila roja, lo vi meter la tina de helado y salir como si nada. Era alrededor de las 12 del día, solo había avellana, nos sentaron y nos dijeron que el 50% estaba almorzando, que esperáramos y que entrarían nuevos sabores. Vimos entrar el carro con tinas y al final solo nos despacharon avellana. Y ni qué decir que tuve que pedirle al dependiente por cuatro veces consecutivas un vaso de agua.
Aimée Silva Crespo advierte que “nada justifica el maltrato a la población y el robo desfachatado que hay en ese lugar, en la cara del cliente”.
La cubana criticó a quienes defienden el sitio por sus precios módicos “personalmente nunca me he quejado de los precios, pero el hecho de permanecer abierto y tener mejores precios no justifica la pésima atención. Esos problemas no son post Covid, sino de décadas”, asegura.
La internauta Odalay Ferrer también relató lo vivido allí esta semana: “Hoy yo estuve también, solo sé que el helado estaba frío, y de color blanco, mas no pude identificar sabor. Ya hay un solo sabor, ni te dicen cuál. No tomaron orden, te decían: ‘¿dos para ti?’, y ya. Al matrimonio del lado mío le pusieron polvo de galleta y algunas galletas, a nosotras solo nos tocó polvo, que de más esta decir que te atoras con él. No hubo servicio de agua, ni lo insinuaron".
Por si no bastara con el servicio malo, Ferrer observó algo más peligroso: "Y lo peor. A dos asientos míos estaba el fregadero, no vi en ningún momento detergente, solo vi que lo ponían en el fregadero de abajo de la pila y con la misma lo sacaban, me atrevo a decir que solo enjuagado, pues estuve observando y nunca vi espuma en las manos del dependiente ni en los insumos. Me quedé en shock pues cuántas enfermedades se pueden adquirir de esta forma…Eso lo viví yo hoy allí, y qué decir de la demora en la cola, pues la torre no abrió, y tampoco hubo explicación ninguna. Además de tener un muy reducido lugar a donde ir, pues te encuentras las más pésima atención y calidad. Sólo me sentí bien tratada por la muchacha que nos pasaba hacia las canchas, a la cual los trabajadores le reclamaban que no entrara a más nadie para almorzar”.
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