El doctor exiliado cubano Alexander Jesús Figueredo Izaguirre compartió una carta abierta dirigida al Dr. José Ángel Portal Miranda, Ministro de Salud Pública de la República de Cuba, tras el juicio contra varios médicos en Bayamo, Granma.
A través de las redes sociales, Figueredo Izaguirre dijo que la misiva se difunde en nombre de todo el Gremio Médico Cubano, en especial del Observatorio Cubano Salud Unidos.
“Todos los médicos pueden copiarla y poner su nombre y firma. Y enviarla a sus centros de trabajos”, explicó el profesional de la salud.
A continuación, reproducimos íntegramente la misiva:
A: Dr. José Ángel Portal Miranda, Ministro de Salud Pública de la República de Cuba.
Señor Ministro.
Nos dirigimos a usted, como máximo dirigente del sistema de salud a tenor de los últimos acontecimientos que han tenido lugar en Bayamo con un grupo de médicos que ha sido puesto a disposición de los tribunales y acusados injustamente. Primero, para manifestar nuestro descontento con las autoridades de salud del municipio Bayamo y la provincia Granma. Ellos como institución, mejor que nadie, conocen del sacrificio que hacen los médicos para atender bien a sus pacientes, en medio de carencias de todo tipo y los han abandonado a su suerte para que sean juzgados por personas que ni los conocen ni están familiarizados con el muy adverso contexto en que trabajan cada día.
Aprovechamos además para transmitirle nuestra profunda preocupación por la situación de la salud en Cuba. El deterioro de la infraestructura, equipamiento e insumos de los hospitales, policlínicos y demás instalaciones destinadas a atender a los pacientes, es visible. La falta de medios de protección hace que cada día los protocolos sean más incompatibles con las buenas prácticas. La ausencia de medicamentos es muy grave. Todo esto ha llegado al punto en que la población hoy se siente desprotegida.
A los tribunales deberían comparecer como acusados los responsables por desviar los recursos aportados por las brigadas médicas. Los verdaderos culpables de la crisis del sistema nacional de salud, de las muertes masivas durante la pandemia por falta de balones de oxígeno, medicinas y ambulancias, de los fallecimientos de pacientes por carecer de fármacos para controlar enfermedades crónicas o para poder los médicos realizar exitosamente su trabajo en los quirófanos. Lo ocurrido en Bayamo es una vergüenza nacional. Los acusadores deberían -¿lo saben?- señalar a los verdaderos responsables de esa muerte. Esos médicos también son víctimas del conflicto entre su compromiso profesional y la imposibilidad de tener éxito en las condiciones en que los obligan a intervenir a sus pacientes.
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La figura del médico en la sociedad cubana actual, marcada por una profunda crisis económica, debe recibir el reconocimiento que merece por trabajar en esas circunstancias y no que nos sometan al escarnio público. No son los médicos los encargados de asegurar el conjunto de múltiples factores que hacen posible proteger la seguridad sanitaria y médica de la población. Son ustedes. Los que ocupan cargos desde los cuales pueden tomar esas decisiones. Ustedes deben responder por los recursos que no se invirtieron en el sector cuando las brigadas médicas aportan el principal ingreso de dólares al país. Ustedes, los dirigentes.
Segundo, demandamos como profesionales que nos expliquen y le expliquen al pueblo a dónde han ido a parar las decenas de miles de millones de dólares que el Ministerio de Salud Pública de Cuba ha recibido en la última década, por concepto de las misiones médicas. No es una discusión retórica. Ya hoy es evidente que ese dinero no se ha invertido en el sistema de salud cubano como se arguyó en su momento para justificar la deducción arbitraria de entre el 70 al 90 % de los salarios de los brigadistas durante todos estos años. Habría sobrado para mantener el sistema de salud en óptimas condiciones y pagar salarios dignos a los profesionales del sector. ¿Dónde está ese dinero?
Demandamos que los que han manejado esas cantidades astronómicas de dinero respondan públicamente por su destino y que los recursos aun disponibles sean invertidos de inmediato en dotar al sistema de salud nacional de equipos, insumos y fármacos para evitar que continúe la pérdida de vidas que ya ha ocasionado la desviación de esos fondos, como ahora ocurrió en el caso de Bayamo.
Tercero, demandamos como profesionales, que en lo adelante nos paguen la totalidad del salario cuando salimos a prestar servicios a otros países; y no que nos den un estipendio mínimo del mismo. Eso es robo, es trabajo esclavizante. Esa política, puesta en práctica por un gobierno que a cada instante invoca el humanismo de la sociedad que preside, debe cesar.
Deben también cesar las medidas que toman contra un profesional que abandona por la causa que sea, lo que han llamado “misiones” médicas para militarizar una simple relación contractual civil que establecen dos partes, un empleador y un empleado (en este caso el médico). En cualquier otro lugar del mundo esta relación de trabajo se puede romper sin mayores consecuencias dentro de las normas que, voluntariamente, las partes hayan pactado para esos casos.
Sin embargo, cuando por alguna razón nuestros profesionales de salud -ejerciendo derechos laborales universales reconocidos por Cuba- han decidido por alguna razón poner fin a un contrato, han sido condenados a 8 años de destierro, la imposibilidad de sus familiares de salir a visitarlos en ese tiempo, y la confiscación del dinero devengado previamente que obra en cuentas de bancos cubanos esperando su regreso. Se les trata, señor ministro, como si fueran desertores de un ejército o vulgares criminales. Es hora de poner fin a tanta arbitrariedad, abuso y humillación al gremio médico y las regulaciones a los especialistas de segundo grado también deben cesar.
Somos seres humanos, no somos propiedad del Estado que se alquila o vende. No queremos que no sigan deshumanizando para sacar beneficios financieros a costa nuestra. Beneficios cuyo destino nadie ha auditado
Cuarto, demandamos además un aumento de salario inmediato para todo aquel que trabaja dentro del sistema de salud, médicos, enfermeros y técnicos. Su labor debe ser remunerada como se merecen, porque en las manos de ellos está la vida del pueblo.
Ministro, recuerde siempre esta frase del ilustre médico venezolano Luis Razetti: “𝑳𝒐𝒔 𝒎é𝒅𝒊𝒄𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒓í𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝒈𝒓𝒂𝒏 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒛𝒂 𝒔𝒐𝒄𝒊𝒂𝒍 𝒖𝒏𝒊𝒅𝒐𝒔, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒅𝒊𝒔𝒈𝒓𝒆𝒈𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒂𝒑𝒆𝒏𝒂𝒔 𝒔𝒐𝒎𝒐𝒔 𝒆𝒔𝒄𝒍𝒂𝒗𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒏𝒐𝒔 𝒆𝒙𝒑𝒍𝒐𝒕𝒂𝒏.” Hemos decidido unirnos porque no vamos a seguir tolerando ser tratados como esclavos.
Respetuosamente,
Firman la presente:
Observatorio Cubano Salud Unidos
(3084 Médicos, odontólogos, enfermeros, técnicos)
Dr. Alexander Jesús Figueredo Izaguirre
Especialista de Medicina General
Ex Residente 3er año de Urologia.
Instructor de Medicina Interna.
RP # 108356
Ministerio de Salud Pública de Cuba