La producción del café que el Estado cubano vende a la población de La Habana, a través de la canasta normada, sufre diversos inconvenientes, entre ellos, los prolongados apagones que afectan la capital y el resto del país.
De acuerdo con un reporte de la prensa oficialista local, existe un importante atraso para iniciar la producción de las 229 toneladas que demanda la canasta normada en el territorio, relacionado con el agravante de los cortes energéticos.
“Hemos organizado turnos consecutivos de 24 horas, tres turnos consecutivos, considerando también el tema de la de la electricidad, porque también somos parte de la afectación”, explicó el director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) "José María Pérez", más conocida como torrefactora 8 vías, Yosdany Álvarez Viera.
“Ante la contingencia eléctrica, cuando apagan de 10 de la mañana a dos de la tarde, nos preparamos para reanudar a las dos. Esta es una fábrica de flujo continuo, por su capacidad de 15 toneladas diarias, lleva una cobertura de tueste y de molido que demanda turnos de ocho horas”, apuntó Miguel Folgueiras Santana, jefe de planta.
Folgueiras dijo que la alta demanda eléctrica de la industria consumió en breve la asignación reajustada del combustible para la planta. En el proceso deben tostarse por separado el café y el chícharo, luego mezclarlo y molerlo.
Otra cuestión es “la demora en la llegada al país del polipropileno litografiado”, según Álvarez. “Estamos usando como medida alternativa polietileno de producción nacional, de baja densidad, procedente de Villa Clara”, dijo.
Dicho material entró a la industria el pasado 19 de agosto, obligando a realizar adecuaciones y pruebas al no presentar las características requeridas por las máquinas de envasado. El producto exhibe problemas de “estética”.
Por otro lado, “al ser un polietileno de baja densidad hubo que adaptar a las máquinas de envase y bajar de un rendimiento de 50-55 paquetes por minuto a 35-40”, señaló Folgueiras. Aidaelin Machado Zayas, especialista de calidad de 8 vías, dijo que “a pesar de los inconvenientes que surgen con los equipos, seguimos controlando el proceso y los parámetros de calidad, tratando de que salga lo mejor posible: punto de tueste, granulometría y la humedad”.
De igual modo, reconoció “el inconveniente del envase que no es el ideal, no es litografiado, que pueda ocasionar alguna inquietud en los consumidores, así como la estética que no es la esperada, pero se trata cada día que salga mucho mejor”.
Hace apenas unos meses, la empresa estatal Cubacafé informaba que había recuperado la producción del café ¡Hola!, correspondiente a la canasta normada de mayo, para La Habana, y en envases litografiados.
Álvarez declaraba entonces que la planta tiene el encargo de producir 229 toneladas de café mezclado con destino a la canasta básica de La Habana y nueve para la Isla de la Juventud. También 7,7 toneladas de café puro de la Gastronomía y cinco asignadas al consumo social.
“Todo es basado en innovaciones, en inventos y así van saliendo los resultados del trabajo, no solo en el transportador, sino también en el área de envasado, con cadena y piñones y hemos innovado, lo que nos da la posibilidad de prolongar su vida útil. También aplicamos innovación cuando, por falta del celofán donde habitualmente se empaqueta el café, hubo que sustituirlo por otro tipo de envase”, expuso.
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