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Wilber Aguilar, padre de preso político, expone desamparo de familias cubanas ante la represión

Redacción de CubitaNOW ~ jueves 21 de agosto de 2025

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Wilber Aguilar, padre de Walnier Luis Aguilar Rivera —uno de los jóvenes condenados a 12 años de prisión por participar en las protestas del 11 de julio de 2021 en Cuba— alza nuevamente su voz para denunciar la situación de desamparo que enfrentan cientos de familias de presos políticos en la Isla.

En declaraciones recogidas por medios independientes, Aguilar aseguró que en Cuba “no hay una institución que defienda al pueblo, desamparo total vivido en carne propia”.

Su testimonio refleja no solo la dura realidad de los encarcelados, sino también la carga emocional, económica y social que soportan sus familias.

“Esto es invivible, la palabra libertad está prohibida, el que diga libertad aquí es palo con él y va preso”, denunció. Con frases directas, señaló que el régimen sigue hostigando a los familiares de los presos, mientras prioriza su enriquecimiento a costa del sufrimiento del pueblo: “¿Ya no tienen 18 mil millones?, ¿no les basta con eso, quieren más? El combustible para hacer dinero para ellos es el sufrimiento de nosotros”.

Wilber Aguilar, conocido por sus grandes verdades en redes afirma: “Los padres de los presos políticos sabemos lo que significa cuando un hijo te dice: ‘Papá, no vengas a la visita’. Es el dolor de sentir que tu presencia puede convertirse en otra excusa para castigarlos”, relató Aguilar, entre lágrimas y rabia contenida.

Walnier Luis Aguilar Rivera fue condenado pese a que su estado de salud estaba documentado y a que no cometió agresión alguna durante las manifestaciones del 11J.

Su caso, como el de tantos otros jóvenes, ha sido denunciado por organizaciones internacionales de derechos humanos, que señalan violaciones sistemáticas a las libertades fundamentales en Cuba y exigen la liberación inmediata de todos los presos políticos.

Mientras tanto, familias como la de Aguilar siguen sobreviviendo entre la incertidumbre y la represión diaria. “Yo pienso en mis nietas, en cómo darles de comer, en dónde llevarlas en vacaciones y al mismo tiempo tengo que soportar el hostigamiento y la ausencia de mi hijo”, confesó.

La voz de este padre cubano resuena como eco del dolor colectivo que une a cientos de hogares en la Isla: el precio injusto que pagan por haber pedido libertad.


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