La vedette cubana Rebeca Martínez, de 60 años, relató recientemente varios episodios que, según explicó, marcaron su carrera por el silenciamiento y la exclusión profesional dentro del sistema cultural cubano. En una entrevista difundida en redes, la bailarina y presentadora habló sin rodeos de momentos que van desde su juventud hasta etapas más cercanas, y que —a su juicio— responden a decisiones de censura y a prácticas discriminatorias.

Rebeca recordó que uno de los primeros choques ocurrió cuando era muy joven y trabajaba en espacios de gran popularidad. La notoriedad, dijo, no siempre fue una bendición: la exposición y el fanatismo en las giras llegaron a hacerla sentirse insegura, especialmente fuera de su entorno habitual.

En ese contexto, contó que sufrió acoso sexual durante viajes, una experiencia que la empujó a buscar protección. Su decisión fue solicitar que su madre la acompañara durante una gira para poder sentirse a salvo. Según explicó, al inicio le dijeron que no habría inconvenientes, pero el criterio cambió en el último momento.

“Fui sancionada porque pedí ir a unos carnavales con mi mamá. En un principio, me dijeron que no había problemas, pero el día antes me dijeron que mi mamá no podía ir. Y yo dije: ‘Si mi mamá no va, yo no voy’. Y me sancionaron una cantidad de meses, el Ministerio de Cultura”, relató.

A partir de ahí, describió un periodo en el que su presencia en la televisión quedó severamente limitada. “Yo estuve censurada, no podía hacer televisión, a no ser los ejercicios, ya que era un proyecto del INDER”, recordó. Señaló que, aunque en algún momento le permitieron participar en un homenaje a la cantante Esther Borja, en lo esencial la etapa estuvo marcada por puertas cerradas y oportunidades bloqueadas. “Me censuraron por algo injusto”, dijo, subrayando que la situación solo se esclareció después de que pudo explicar su versión.

Pero, según su testimonio, la exclusión no fue solo cosa del pasado. En años más recientes, aseguró haber enfrentado una forma distinta de relegación profesional, menos explícita pero igual de dolorosa: un conductor amigo le advirtió que la habían colocado en “bajo perfil”, una etiqueta que ella interpretó como quedar fuera de las convocatorias importantes.

Molesta, decidió pedir explicaciones directamente. La respuesta que recibió la sorprendió: “Me dijeron que ya yo tenía mis añitos”. Para muchos, esa frase apunta a una discriminación por edad que afecta a artistas con trayectoria y reconocimiento, relegados no por falta de oficio, sino por criterios ajenos a su trabajo.

Ante cómo asumió esos golpes, Rebeca respondió desde la calma y la firmeza: “Yo soy muy fuerte, gracias a mis padres. Nunca los escuché quejarse; siempre fueron personas muy fuertes. Además, soy una persona muy centrada y no le doy importancia a muchas cosas”, afirmó.

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