Una extensa nube de polvo del desierto del Sahara cubrió gran parte del Caribe esta semana y continúa su avance hacia el sureste de Estados Unidos, con previsiones de que llegue a Florida, Louisiana, Alabama y Mississippi en los próximos días. El fenómeno, conocido como la Capa de Aire del Sahara, ha generado condiciones atmosféricas brumosas y advertencias para personas con afecciones respiratorias.

Según reportes meteorológicos, la nube de polvo, que se extiende por más de 2,000 millas desde Jamaica hasta el este del Caribe y unas 750 millas desde las Islas Turcas y Caicos hasta Trinidad y Tobago, ha sido uno de los eventos de mayor intensidad del año.

“Es bastante impresionante”, afirmó Alex DaSilva, experto en huracanes de AccuWeather, al referirse a la magnitud de esta masa de aire seco y polvoriento que se origina en África y cruza el Atlántico durante los meses de primavera y verano.

La alta concentración de partículas ha provocado molestias entre los residentes y turistas de las islas caribeñas, como estornudos, tos y ojos irritados. Los servicios meteorológicos de varios países han emitido recomendaciones, especialmente para personas con asma, alergias o enfermedades pulmonares crónicas. La sugerencia principal es evitar actividades al aire libre y usar mascarillas si es necesario salir.

De acuerdo con Yidiana Zayas, meteoróloga del Servicio Nacional de Meteorología en San Juan, Puerto Rico, la nube alcanzó una profundidad óptica de aerosol de 0.55, el nivel más alto registrado en lo que va de año. Esta medida indica cuánta luz solar directa es bloqueada por partículas en suspensión.

Aunque se espera que la nube llegue a suelo estadounidense entre el jueves y el fin de semana, su concentración podría disminuir tras atravesar el Caribe oriental. “Estas islas suelen recibir el mayor impacto. Ahí es donde el polvo puede llegar a bloquear parcialmente la luz solar”, explicó DaSilva.

La Capa de Aire del Sahara es un fenómeno recurrente entre abril y octubre. Además de afectar la calidad del aire, este polvo seco también tiene efectos en la meteorología regional. De hecho, ayuda a suprimir el desarrollo de tormentas tropicales, al crear un ambiente hostil para la formación de ciclones. Esto es particularmente relevante al inicio de la temporada de huracanes en el Atlántico, que va del 1 de junio al 30 de noviembre.

En años anteriores, eventos similares han sido particularmente intensos. En junio de 2020, por ejemplo, una nube de polvo del Sahara alcanzó niveles sin precedentes, cubriendo buena parte del Caribe con tal densidad que fue apodada la “nube Godzilla” por especialistas y medios de comunicación.

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