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Promesas y promesas… ¡todas incumplidas! El verano soñado que nunca llegó

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 18 de agosto de 2025

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Desde mayo de 2025, los cubanos han vivido un verano "eléctrico" marcado por promesas que se desvanecen más rápido que la corriente en sus hogares.

El viceministro primero del Ministerio de Energía y Minas Argelio Jesús Abad Vigoa aseguró que los apagones no superarían las cuatro horas diarias por cliente, un anuncio que pretendía aliviar la molestia popular ante el calor extremo.

La noticia se publicó el 21 de mayo en Granma y fue interpretada como una luz de esperanza. Sin embargo, la realidad golpeó desde los primeros días: apagones que superaban las 12 horas, cortes múltiples, electrodomésticos dañados y familias buscando refugio del calor en la calle.

El plan oficial prometía aumentar la generación en 13 GWh diarios, recuperar unidades clave como Felton 2, Mariel 7, Nuevitas 4 y Renté 4, y controlar el crecimiento del consumo.

La cruda realidad mostró que, incluso según datos oficiales, la generación disponible —1,120 MW— no podía cubrir la demanda que superaba los 3,000 MW. La narrativa de un “verano con solo cuatro horas de apagón” no tardó en quebrarse.

Apenas seis días después, el 27 de mayo, los medios oficiales comenzaron a matizar el discurso. Reconocieron que los apagones continuarían durante julio y agosto debido a un déficit estructural insalvable sin una inversión significativa.

Lázaro Guerra Hernández, director de Electricidad del MINEM, señaló que la disponibilidad sería de 1,935 MW frente a una demanda de 3,500 MW, haciendo inevitable que los cortes fueran más largos y frecuentes.

Durante junio y julio, los apagones diarios llegaron hasta 20 horas en algunos territorios. El propio Miguel Díaz-Canel reconocía que familias enteras sufrían prolongados cortes, pero instaba a la “comprensión popular”, sin ofrecer soluciones claras ni responsabilidades asumidas.

A mediados de julio, aunque las cifras oficiales hablaban de un promedio de 11 horas, los cortes múltiples y nocturnos continuaban afectando la vida de millones.

Agosto llegó sin cambios sustanciales. Plantas como "Guiteras", Felton 1 y "Carlos Manuel de Céspedes" operaban, pero otras seguían fuera de servicio. Mientras, el régimen mantenía su discurso de “estrategias graduales”, sin mencionar rendición de cuentas ni medidas de fondo.

La frustración aumenta al recordar que GAESA podría controlar más de 18,000 millones de dólares que de usarse, estabilizarían la red eléctrica o comprado combustible suficiente para años. En lugar de eso, se destinan a megaproyectos turísticos y hoteles de lujo como la Torre K23, inaugurada mientras la población soportaba apagones diarios.

El colapso del SEN no es solo técnico; es político. Mientras los recursos permanecen ocultos, los apagones no son solo cortes de luz; son el reflejo de un sistema que apaga la esperanza de los cubanos cada día.


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