El cantante cubano Ovidio Crespo, conocido en el mundo artístico como Ovi, compartió detalles personales sobre su difícil proceso migratorio en Estados Unidos durante una entrevista en el programa dominicano Alofoke Radio Show, conducido por Santiago Matías. El reguetonero reveló que su lucha por permanecer legalmente en el país norteamericano le costó cerca de 80 mil dólares en honorarios legales. “En abogados se me fueron casi 80 mil dólares”, confesó Ovi desde República Dominicana, donde se encuentra actualmente tras haber recibido un perdón migratorio de las autoridades estadounidenses.

El artista explicó que su estatus migratorio se vio comprometido tras enfrentar problemas con la justicia que lo llevaron a pasar más de tres meses en el Centro de Procesamiento Krome, una prisión para inmigrantes en el sur de Florida. “Fue difícil el perdón. Estuve más de 90 días peleando con una abogada de inmigración en una prisión”, relató. Si bien mencionó que las condiciones del centro eran aceptables, reconoció que el mayor desafío fue emocional. “Mentalmente fue muy duro. No saber qué iba a pasar”, expresó.

Durante la audiencia ante el juez, Ovi prometió cambiar de vida. “Yo al juez le pedí el perdón y le dije que iba a hacer lo que estoy haciendo, que no iba a andar más con pistolas. A la jueza le dije que iba a pagar por seguridad para no andar con pistola”, explicó el intérprete, mostrando su disposición a adoptar una nueva conducta.

Agradecido por la oportunidad de rehacer su vida fuera de prisión y lejos del temor a ser deportado, Ovi valoró el gesto de las autoridades: “Mi estatus legal es que me dieron el perdón. Por eso hoy puedo estar en República Dominicana. Gracias al gobierno de Estados Unidos que me dio una segunda oportunidad”.

En entrevistas previas, el artista había compartido la angustia que le generaba la posibilidad de regresar a Cuba, un país al que no desea volver. “Lo que me asfixiaba era que no vería a mi mamá y a mi hijo”, dijo en una ocasión.

Su testimonio pone en evidencia los obstáculos económicos y emocionales que deben afrontar muchos migrantes cubanos al tratar de regularizar su situación en Estados Unidos, en medio de un contexto de políticas migratorias cada vez más restrictivas.

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