No parece muy solucionadora la charla entre Trump y Putin. Se reavivan tensiones y la paz en Ucrania se aleja
Redacción de CubitaNOW ~ martes 20 de mayo de 2025

La reciente conversación telefónica entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el mandatario ruso, Vladimir Putin, ha encendido nuevas alarmas sobre el futuro de la paz en Ucrania. Trump, quien había prometido una postura firme para buscar una resolución, terminó reforzando percepciones de debilidad e incluso simpatía hacia Moscú. Su llamado, anunciado como una posible “llamada decisiva”, ha dejado en claro lo distantes que están ambas partes de un verdadero alto el fuego, resalta en la nota de la CNN en español.
Trump declaró tras la conversación que “Ucrania y Rusia hablarán como solo ellos pueden hacerlo”, sugiriendo que Estados Unidos podría asumir un rol más distante en las negociaciones. Esta postura ha causado desconcierto entre aliados europeos, quienes insisten en que Washington mantenga un papel activo. Ucrania busca un alto el fuego de 30 días, mientras Rusia exige discutir directamente un acuerdo final, una táctica que muchos consideran una maniobra para continuar con sus ofensivas.
"Esta ambigüedad de Trump solo debilita las posibilidades de una paz duradera", según expertos como Beth Sanner, exsubdirectora de Inteligencia Nacional, quien opinó que la llamada fue más favorable a los intereses de Putin que al de los aliados democráticos. Incluso sugirió que Trump evitó presionar realmente al líder ruso, dejando a muchos con la impresión de que fue una conversación sin logros tangibles.
A esto se suma la incertidumbre generada por la propuesta de involucrar al Vaticano o al nuevo papa estadounidense en las conversaciones. La falta de claridad en los pasos siguientes refuerza la percepción de que Trump evita comprometerse plenamente en la resolución del conflicto. “Si no funciona, me retiro”, declaró el presidente, lo cual fue interpretado por algunos como una amenaza vacía o un intento de evadir responsabilidad.
"Putin parece haber obtenido justo lo que buscaba: tiempo, espacio y un interlocutor estadounidense indulgente". La interpretación del Kremlin fue que la llamada se desarrolló en un ambiente positivo, subrayando que ninguno de los mandatarios quería colgar. Esto contrasta con la urgencia que exige la situación en Ucrania, donde continúan las muertes de civiles y la destrucción masiva.
Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania, fue diplomático en su respuesta, pero marcó una diferencia clara: pidió sanciones más severas contra Rusia y rechazó que Estados Unidos se aparte del proceso de paz. "El único que se beneficia de eso es Putin", advirtió, dejando claro que una paz sin respaldo occidental es inviable.
Mientras tanto, Trump sigue destacando logros aislados, como la liberación de un rehén estadounidense en Gaza, aunque los conflictos en Ucrania y Medio Oriente se intensifican. Su enfoque, marcado por el cortoplacismo y declaraciones grandilocuentes, parece cada vez más alejado de las complejidades históricas que rodean estas guerras.
"Trump insiste en que su experiencia en ´grandes tratos´ puede traer la paz, pero su retórica no se traduce en resultados concretos. La desconfianza crece, mientras Ucrania paga el precio de una diplomacia débil".
En este contexto, cualquier esperanza de paz duradera parece más lejana que nunca.