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Madre holguinera de cuatro hijos recibe ayuda de más de tres millones de pesos tras su clamor por comida

Redacción de CubitaNOW ~ jueves 20 de noviembre de 2025

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Más de tres millones de pesos cubanos fueron recaudados para ayudar a la joven madre de Cacocum, en Holguín, cuya súplica se volvió viral por resumir la realidad del país mejor que cualquier discurso oficial: “Yo no quiero nada, yo lo único que quiero es comida para los niños”.

Ese grito, tan simple como devastador, movió a miles de cubanos dentro y fuera de la isla. Mientras las autoridades emitían comunicados vacíos sobre supuestas “acciones de recuperación”, fue la población —y no las instituciones— la que se unió para apoyar. El activista Noly Blak informó en Facebook que la cifra superó los tres millones 155 mil pesos, mostrando incluso una foto de los fajos de billetes sobre una mesa, prueba tangible de que la verdadera ayuda provino del pueblo, no del Palacio de la Revolución.

La historia conmueve porque la joven lo perdió todo tras el paso del huracán Melissa. Su vivienda quedó destruida, las pocas pertenencias que tenía se mojaron, nunca fue evacuada y ninguna autoridad se presentó para ofrecerle una lona, un colchón o siquiera una lata de sardinas. Pero sí llegaron los cubanos: desde Pinar del Río hasta España, las reacciones combinaron orgullo, alivio y también preocupación. Muchos temen que una mujer sola, con cuatro hijos, sin respaldo institucional y ahora con dinero, quede expuesta en un contexto marcado por el aumento de la pobreza y la delincuencia.

El desastre de Melissa afectó a miles más. En Holguín, Las Tunas, Santiago y Granma abundan las familias con techos arrancados, paredes quebradas y bienes perdidos: colchones, muebles, ropa, alimentos, electrodomésticos… artículos prácticamente imposibles de reponer con los salarios actuales. Sin embargo, la respuesta estatal ha sido mínima, limitada al mismo discurso gastado de todos los ciclones.

Y ahí radica el punto central: no fue el gobierno quien acudió a la madre de Cacocum. No llegaron camiones, ni brigadas, ni materiales, ni soluciones inmediatas. La ayuda brotó del pueblo. La joven, entre lágrimas, agradeció a quienes donaron sin conocerla; no mencionó ministros ni delegados porque ninguno apareció.

Lo ocurrido va más allá de una recaudación millonaria. Es un retrato preciso del país:

Cuando el Estado falla —y en Cuba falla siempre— es la solidaridad entre cubanos la que sostiene a quienes ya lo han perdido todo.


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