El diseño de un plan económico más flexible y participativo es la estrategia que actualmente se persigue en Cuba para liberar a las fuerzas productivas y desencadenar todas las potencialidades de la industria nacional, así lo dio a conocer la víspera una fuente autorizada a medios oficialistas.

Según explica Prensa Latina, “de acuerdo con declaraciones realizadas por el ministro de economía cubano, Alejandro Gil, dicha política busca que la confección del plan económico nacional se inicie desde las empresas hacia el Ministerio de Economía y Planificación y no a la inversa como se hace hasta la fecha”.

Asimismo, la agencia informativa comentó que “a propósito de su intervención en la Asamblea General de Asociados de la Cámara de Comercio de Cuba celebrada en esta capital, Gil remarcó que, para esta etapa, se precisa del diseño de metas que se establezcan desde las estructuras productivas y sin que los límites fijados por el nivel superior supongan una camisa de fuerza para estas entidades”.

Por otro lado, PL recogió que se “trata de que las empresas puedan poner encima de la mesa todas sus potencialidades, buscando lo que el país necesita más, que es incrementar las exportaciones”.

“Si la empresa necesita hacer inversiones para dar valor agregado a las exportaciones es necesario proponerlas, opinó igualmente. De acuerdo con el ministro, lo que carece de sentido es que el plan coarte la iniciativa exportadora de las entidades productoras o que una directiva establezca un límite que no permita la expansión para dotar al producto de valor agregado”, manifestó.

No obstante, en lo que “el palo va y viene”, como decimos en buen cubano, las mesas de los de a pie siguen estando vacías y las dificultades para conseguir alimentos, por tan solo mencionar un tema, son cada vez mayores.

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