Descarga gratis nuestra App

Fidel Castro y sus Oldsmobiles de lujo, un líder revolucionario con gustos capitalistas

Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 20 de agosto de 2025

Article feature image

Cada día aparece una nueva historia que vincula a la dictadura castrista con hechos desconocidos para la mayoría del pueblo.

Resulta que a su llegada al poder en 1959, Fidel Castro eligió para sus desplazamientos oficiales una flota de Oldsmobiles, vehículos de lujo fabricados por General Motors, símbolo de un estilo de vida muy diferente al que promovía públicamente.

Un lote de 60 de estos automóviles llegó a Cuba en los primeros meses de ese año; originalmente adquiridos por Amado Barletta, representante de la marca, pero fueron confiscados por el régimen revolucionario para el uso exclusivo del líder cubano, práctica que se convirtió en habitual durante su gobierno.

Estos autos, diseñados para personas adineradas, se caracterizaban por ser espaciosos, confortables y estables, con motores V8 capaces de alcanzar gran velocidad y cajas de cambios automáticas. Su tamaño y potencia implicaban un alto consumo de combustible, por lo que los gastos que ocasionaron fueron significativos para el país.

Los Oldsmobiles no solo destacaban por su desempeño, sino también por su estética. Eran de varios colores y Fidel los usaba de manera estratégica: cada día montaba uno diferente para pasar desapercibido durante sus recorridos.

Su desconfianza era tal que ni su escolta sabía su destino hasta que él se subía al auto y decidía hacia dónde ir. Los vehículos circulaban en grupos de tres, moviéndose en zig-zag y adelantándose entre sí para despistar a posibles observadores. Este sistema de seguridad era una muestra de la meticulosidad con la que Castro gestionaba incluso los detalles más cotidianos de su vida.

El mantenimiento de la flota era igual de riguroso. En la calle Infanta, entre Santo Tomás y Clavel, existía un taller especializado para la reparación de estos autos, donde trabajaba personal altamente confiable.

Cada arreglo era revisado por otro mecánico para garantizar la perfección, reflejando la importancia que tenían estos vehículos dentro del aparato del poder. Además, los autos contaban con teléfonos, una innovación tecnológica destacada en esa época, lo que permitía la comunicación directa incluso durante los desplazamientos.

Celia Sánchez, cercana colaboradora y amiga del líder, también tuvo un Oldsmobile 1960, de color violeta claro, que le fue obsequiado por Fidel para complacerla, según contaba José Luis, chofer del Comandante y combatiente de la Sierra Maestra. Este detalle evidencia el vínculo personal que Castro mantenía con su círculo cercano y su gusto por los objetos de lujo, a pesar de su retórica anticapitalista.

Hoy, décadas después, no queda rastro de aquellos Oldsmobiles, y es probable que, como muchas otras propiedades que pasaron por las manos de Fidel Castro, hayan terminado convertidos en chatarra.

Estos autos de lujo representan un curioso contraste entre la vida personal del líder y la ideología que promovía, reflejando sus veleidades capitalistas en medio de un régimen socialista.

Su historia, documentada por testigos de la época, permite entender un aspecto poco comentado de la vida del “Comandante en Jefe”, que se suma al relato oficial de sus años de poder y muestra un lado más humano y contradictorio del líder revolucionario.

Crédito: CubaNet Noticias


Recomendado para ti

Tambien te puede interesar