El programa de parole humanitario, implementado en enero de 2023 por la administración Biden para facilitar la entrada legal de ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, se encuentra en un preocupante estado de parálisis. Durante noviembre, según datos oficiales, apenas se aprobaron 50 casos, ninguno de ellos de ciudadanos cubanos.

Además, 680 autorizaciones de vuelo fueron canceladas, afectando principalmente a ciudadanos haitianos. Esta situación refleja un claro estancamiento en un programa que inicialmente prometía ser una alternativa segura y ordenada para la migración.

El estancamiento comenzó a notarse en agosto pasado, cuando una comisión del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) identificó irregularidades en la gestión de casos. Desde entonces, las revisiones han congelado casi por completo el funcionamiento del programa, generando frustración y desesperanza entre los solicitantes.

El futuro del parole humanitario es aún más incierto con la llegada del presidente electo Donald Trump, quien ha anunciado su intención de eliminarlo mediante una orden ejecutiva en su primer día en el cargo. Trump ha calificado el programa como "ineficaz, plagado de fraudes y una carga económica para los contribuyentes".

Miles de solicitantes, incluidos decenas de miles de cubanos que han presentado sus formularios I-134A, temen que sus casos queden en el limbo. Para los cubanos, esta situación se agrava debido a la presión de un régimen que impulsa la emigración y un sistema migratorio estadounidense cada vez más restrictivo.

Lo que en sus inicios parecía una luz de esperanza para familias que buscaban reunirse o comenzar una nueva vida en Estados Unidos, ahora se percibe como una puerta que se cierra lentamente, dejando tras de sí incertidumbre, desamparo y un creciente sentimiento de frustración.

Recomendado para ti