Tras semanas de rumores sobre su estado de salud e incluso su posible fallecimiento, Raúl Castro, de 93 años, reapareció públicamente en La Habana, disipando especulaciones y generando discusión tanto en redes sociales como en medios internacionales.

En una reciente sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el exgobernante protagonizó un gesto que llamó la atención de muchos: durante su intervención, golpeó la mesa con el puño cerrado y levantó la mano en un gesto enérgico. Este momento fue destacado por la prensa oficialista y capturado en video, causando un amplio debate en plataformas digitales.

El periodista y activista cubano Magdiel Jorge Castro compartió el video en la red social X (antes Twitter), donde Raúl Castro se muestra de pie, pronunciando una arenga enérgica que enfatizaba la necesidad de enfrentar los problemas con determinación. Su gesto fue interpretado por algunos como un esfuerzo por demostrar que aún mantiene influencia y vitalidad, a pesar de haber cedido el poder en 2019 al actual presidente Miguel Díaz-Canel.

“La mano en alto y los puños cerrados para enfrentar los problemas con profundidad,” dijo Castro durante su intervención, que ocurre en un momento de gran incertidumbre política y económica en la isla.

El gesto provocó reacciones variadas en redes sociales. Algunos usuarios destacaron la fortaleza que aparenta tener el líder nonagenario, viéndolo como un mensaje de continuidad política. Otros lo criticaron, sugiriendo que se trataba de un intento calculado para desmentir los rumores sobre su deterioro físico y reafirmar su presencia en el escenario político.

Además de su intervención en la Asamblea Nacional, Raúl Castro ha sido visto en otros actos oficiales en los últimos días, como el tributo al comandante Julio Camacho Aguilera. Estas apariciones públicas parecen formar parte de una estrategia para reforzar la percepción de estabilidad dentro de la cúpula del poder, en un contexto de profunda crisis económica y social en Cuba.

La reaparición de Raúl Castro no solo busca contrarrestar las especulaciones sobre su salud, sino también enviar un mensaje de continuidad en el liderazgo político de la isla. Sin embargo, en medio de una crisis estructural, el impacto de su imagen revitalizada sigue siendo motivo de debate entre quienes ven en su figura un símbolo de resistencia y quienes la consideran parte de un sistema en decadencia.

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