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El cuento de nunca acabar: Cuba se hunde entre apagones y promesas rotas

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 5 de mayo de 2025

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La situación energética en Cuba parece no tener fin. Este lunes, la isla enfrenta un nuevo episodio del ciclo interminable de apagones, con un déficit de generación eléctrica que alcanzará los 1 680 MW durante el horario pico nocturno, según la propia Unión Eléctrica (UNE). El pueblo cubano, cansado y cada vez más desesperanzado, sufre las consecuencias de un sistema que colapsa sin que se vislumbre una solución efectiva.

La entrada en mantenimiento impostergable por cinco días de la termoeléctrica Antonio Guiteras, la más eficiente del país, agrava un escenario ya caótico. A las 07:00 de la mañana, la disponibilidad del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) era de 1 855 MW, frente a una demanda de 2 725 MW, lo que obligó a interrumpir el servicio a 915 MW. Se estima que durante el día se afecten hasta 1 350 MW, y en la noche, cuando el consumo alcanza su punto máximo, la afectación llegará a los 1 680 MW.

La lista de problemas es extensa: unidades fuera de servicio por averías en las centrales termoeléctricas (CTE) de Mariel, Felton, Santa Cruz, Cienfuegos, Nuevitas y Renté; 413 MW fuera por limitaciones térmicas; 81 centrales de generación distribuida paralizadas por falta de combustible, afectando otros 610 MW. Mientras tanto, apenas 938 MWh fueron generados por los nuevos parques solares fotovoltaicos, una cifra ínfima ante las necesidades reales del país.

Este caos no es nuevo ni accidental. Expertos independientes coinciden en que la raíz del problema es la crónica infrafinanciación del sector energético, completamente centralizado por el Estado desde 1959. La falta de inversiones sostenidas y la obsolescencia tecnológica han dejado a Cuba con una infraestructura energética desfasada, que colapsa cada vez que una planta entra en mantenimiento o una unidad sufre una avería.

El Gobierno culpa, como de costumbre, al embargo estadounidense. Pero más allá de esa narrativa, lo cierto es que reforzar la red eléctrica requeriría entre 8 000 y 10 000 millones de dólares, una suma inalcanzable para un Estado en crisis, cuya economía se contrajo un 1,9 % en 2023 y que no mostró crecimiento alguno el año pasado. Las autoridades, sin embargo, mantienen una proyección optimista del 1 % de crecimiento para 2025, aún lejos de los niveles prepandemia.

La realidad cotidiana es otra. Apagones que duran todo el día y la madrugada siguiente, electrodomésticos dañados, niños sin poder estudiar, ancianos sufriendo el calor sin ventilación, alimentos echados a perder. Y mientras el pueblo espera, una y otra vez, que cuando una planta entre en funcionamiento no salga otra de servicio, el gobierno repite el mismo discurso de siempre: resistir.

Pero la paciencia se agota. Lo que para los funcionarios es una "afectación programada", para los cubanos es una forma más de sobrevivencia forzada. El cuento de nunca acabar sigue escribiéndose a oscuras.


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