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Dos criminales condenados a 50 años de cárcel por secuestrar a migrantes cubanos en México

Redacción de CubitaNOW ~ domingo 27 de abril de 2025

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La búsqueda de una vida mejor lleva a miles de cubanos a lanzarse a una peligrosa travesía hacia Estados Unidos. Sin embargo, ese sueño se convierte muchas veces en una pesadilla, marcada por la violencia, el miedo y la desesperación.

El reciente caso de secuestro en Ciudad Juárez, donde una pareja fue condenada a 50 años de cárcel por mantener cautivos a dos migrantes cubanos, expone el lado más oscuro de esta odisea.

Francisco Manuel T. S. y Erika Janeth T. A. retuvieron a sus víctimas durante mes y medio en condiciones inhumanas, exigiendo un rescate de 12 mil dólares para su liberación. Durante ese tiempo, los migrantes no solo enfrentaron la incertidumbre de su destino, sino también el dolor de ser arrancados de su esperanza.

No sabían si verían de nuevo a sus familias, ni si su travesía acabaría en libertad o en tragedia. El rescate parcial de una de las víctimas, gracias a un pago y su valentía para alertar a las autoridades, permitió salvar sus vidas, pero no les borrará jamás el trauma vivido.

Este caso no es aislado. México se ha convertido en un territorio de riesgos extremos para los migrantes, donde los secuestros, extorsiones y abusos son moneda corriente. En estados como Veracruz, Tamaulipas y Chiapas, los migrantes son vistos como mercancía por las mafias, quienes se aprovechan de su vulnerabilidad y desesperación.

Muchos cubanos, sin redes de apoyo, sin dinero y enfrentando políticas migratorias restrictivas, quedan atrapados en un limbo de violencia y corrupción.

Las historias de hacinamiento, privaciones de agua y alimentos, golpes y amenazas son comunes entre los rescatados. Algunos cuentan cómo fueron encerrados en casas sucias y oscuras, otros narran noches interminables, esperando ser liberados mientras escuchaban los llantos de otros secuestrados. Cada día de cautiverio les robaba un pedazo de su dignidad y fortalecía el trauma que cargarán por el resto de sus vidas.

La travesía hacia Estados Unidos, que para muchos es un acto desesperado de supervivencia, se transforma así en un campo de batalla donde la vida pende de un hilo. A la persecución natural del desierto, las inclemencias climáticas y el cansancio físico, se suma el constante terror de caer en manos de criminales o ser víctimas de autoridades corruptas.

El sueño americano, para muchos cubanos, ha dejado de ser una promesa luminosa para convertirse en una angustiosa carrera por la supervivencia. Cada paso en territorio mexicano puede ser el último. Cada persona que encuentran puede ser un aliado o un verdugo.

La sentencia a los secuestradores en Ciudad Juárez representa un pequeño rayo de justicia, pero la crisis humanitaria sigue siendo abrumadora. Mientras no se garanticen rutas seguras y un verdadero compromiso por proteger a los migrantes, miles de cubanos seguirán enfrentando esta ruta de dolor, dejando atrás su tierra con la esperanza de encontrar libertad, pero encontrándose primero con la brutalidad más desgarradora.


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