Como si no importara la desaparición de un ser humano en Cuba, ya han pasado 48 días desde que Doraiky Águila Vázquez, una mujer cubana de 48 años con demencia, desapareciera sin dejar rastro en La Habana.

La última vez que fue vista salía de su casa, ubicada en Pocitos #939 entre 18 y 19, en el barrio de Lawton, municipio 10 de Octubre, durante la noche del 15 de marzo, justo en medio de un apagón general.

Desde entonces, su familia vive sumida en la angustia. Su madre, incansable, continúa difundiendo publicaciones en redes sociales para pedir ayuda. A pesar de algunos reportes no confirmados de personas que aseguran haberla visto en diferentes puntos de la capital, Doraiky no ha regresado a casa.

La mujer vestía un vestido amarillo con flores rojas y sandalias negras con una franja roja, según describen sus familiares.

Doraiky padece demencia, pero no representa un riesgo para los demás. Este detalle, lejos de tranquilizar, aumenta la preocupación por su integridad física, ya que las personas con esta condición pueden desorientarse fácilmente. En Cuba, donde la escasez de medicamentos y el colapso de los servicios de salud son una constante, muchos enfermos mentales quedan sin la atención que requieren.

El caso de Doraiky no es aislado. En los últimos tiempos, se han reportado múltiples desapariciones similares.

En 2022, por ejemplo, Luis Enrique Fernández, un anciano de 74 años con Alzheimer, desapareció en Güines, Mayabeque, y nunca fue encontrado; en 2023, Lidia Menéndez, de 53 años, desapareció en Holguín bajo circunstancias parecidas y tampoco volvió a aparecer. Estos casos comparten un patrón común: el abandono institucional y la falta de protocolos eficaces para búsqueda inmediata.

Ante la gravedad de la situación, las organizaciones feministas independientes Yo Sí Te Creo en Cuba (YSTCC) y el Observatorio de Género de Alas Tensas (OGAT) activaron la Alerta Yeniset, un mecanismo que busca visibilizar casos urgentes de desapariciones femeninas. La alerta se activa cuando hay riesgo para la vida o integridad de una mujer, especialmente en contextos de negligencia oficial.

La familia de Doraiky ha ofrecido una recompensa de 350,000 pesos cubanos a quien proporcione información que permita encontrarla. Para colaborar, se puede llamar a los números: 76039226, 50255751, 56949667, 59696001 o 54236523.

Cada día que pasa sin noticias, crece la desesperación. Doraiky podría estar en cualquier parte. Y Cuba sigue acumulando nombres de personas que un día salieron de casa… ¡y no regresaron!

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