Las autoridades estadounidenses han detenido a Rafael Quero Silva, excomandante del Destacamento 47 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) de Venezuela, acusado de participar en la represión y tortura de estudiantes que protestaron contra el régimen de Nicolás Maduro en 2014.

Según datos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), Quero Silva se encuentra recluido en el centro de detención de inmigrantes Krome, en el condado de Miami-Dade.

La periodista venezolana Doricer Alvarado confirmó la detención y señaló que el FBI abrió una investigación contra Quero Silva, logrando entrevistar a al menos 20 víctimas de la represión ejercida por unidades de la GNB bajo su mando. Muchas de estas víctimas formaban parte del movimiento estudiantil en el estado Lara y actualmente residen fuera de Venezuela.

Si bien aún no se han revelado los cargos formales en su contra, se espera que las autoridades estadounidenses los den a conocer en los próximos días.

En 2014, Venezuela vivió una ola de protestas masivas impulsadas por el descontento ciudadano ante la crisis económica, la inflación descontrolada y la escasez de productos básicos. Estas manifestaciones fueron brutalmente reprimidas por las fuerzas de seguridad del Estado, dejando un saldo de decenas de muertos, miles de heridos y cientos de detenidos arbitrariamente.

Organizaciones internacionales de derechos humanos han denunciado reiteradamente que los cuerpos de seguridad del régimen de Maduro, incluyendo la GNB, han cometido crímenes de lesa humanidad. Varios de los oficiales implicados en estos hechos han sido sancionados por distintos países y organismos internacionales.

La detención de Quero Silva se suma a una serie de casos recientes en los que funcionarios venezolanos vinculados a abusos de derechos humanos han ingresado a Estados Unidos, generando indignación entre la diáspora venezolana.

Sectores del exilio han expresado preocupación por la presencia de exmilitares y exfuncionarios del chavismo en territorio estadounidense, algunos de los cuales habrían ingresado con solicitudes de asilo.

Este caso refuerza el llamado de activistas y víctimas a que EE.UU. endurezca los controles migratorios para evitar que personas vinculadas a regímenes autoritarios logren establecerse en el país.

Por el momento, la comunidad venezolana en Miami sigue atenta a la evolución del caso de Rafael Quero Silva, a la espera de que se le imputen formalmente los cargos y se haga justicia por los crímenes de represión ocurridos en Venezuela.

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