Desde la madrugada de este 29 de agosto, permanece desaparecida Sonia Comendador Sánchez, de 46 años, vecina de la calle Damas, en la ciudad de Camagüey.

De acuerdo con la denuncia hecha por familiares en el perfil de Facebook La Tijera, Sonia es paciente psiquiátrica bajo tratamiento médico, pero actualmente se encuentra descompensada debido a la falta de medicamentos.

Esta crisis la ha llevado a un estado de desconexión en el que ni siquiera reconoce a sus tres hijos.

Según relatan sus parientes, la mujer habría salido de su vivienda por el techo y, hasta el momento, se desconoce su paradero. Vestía un mono verde y estaba descalza al momento de la desaparición.

Los familiares piden ayuda desesperada a la comunidad para dar con su paradero y ofrecen los siguientes contactos:

• Juana (hermana): +53 54506702
• Prima: +53 56930610
• Otro contacto: +53 56520382

El caso de Sonia no es un hecho aislado.

En Cuba se repite con frecuencia el drama de los pacientes psiquiátricos que, sin medicamentos ni atención especializada, terminan en episodios de descompensación que ponen en riesgo sus vidas.

La escasez crónica de fármacos como los antipsicóticos, ansiolíticos o estabilizadores del ánimo ha provocado que cientos de familias vivan en zozobra permanente.

La falta de control médico, la carencia de ingresos para adquirir medicinas en el mercado negro y la ausencia de protocolos de emergencia dejan a los pacientes y a sus familias completamente desprotegidos.

Esta crisis explica en gran medida por qué muchos enfermos terminan escapando de sus hogares o instituciones, sin rumbo ni orientación, engrosando así la lista de desaparecidos que sacude al país en los últimos años.

Cada desaparición no solo refleja la tragedia íntima de una familia, sino también el colapso de un sistema de salud incapaz de garantizar lo más básico: la estabilidad y la vida de sus pacientes.

Hoy la familia de Sonia suplica ayuda. Y detrás de su voz, resuena la de miles de cubanos que siguen preguntándose cuántos más tendrán que perderse para que alguien asuma responsabilidades.

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