La reciente orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, que impone restricciones de entrada a ciudadanos de 19 países —entre ellos Cuba, Venezuela y Haití—, ha generado incertidumbre entre miles de migrantes. Sin embargo, una portavoz del Departamento de Estado aclaró un punto crucial: tener una visa no garantiza la entrada a territorio estadounidense.

En una entrevista concedida al programa La Noche del canal NTN24, Natalia Molano, portavoz en español del Departamento de Estado, explicó los alcances de las nuevas restricciones impuestas por la proclama presidencial, que entrarán en vigor este lunes 9 de junio.

Molano precisó que estas restricciones aplican únicamente a personas fuera de EE.UU. que no posean visas válidas a partir de esa fecha. Pero lo más relevante de sus declaraciones fue su explicación sobre el rol de los agentes fronterizos.

“La visa te permite llegar a un puerto de entrada, ya sea marítimo, terrestre o aéreo, donde un agente del Departamento de Seguridad Nacional decide si te permite la entrada o no al territorio estadounidense y por cuánto tiempo puedes quedarte”, subrayó.

Es decir, la visa no representa una autorización automática para ingresar al país, sino que el ingreso queda sujeto al criterio de los agentes de migración al momento de la llegada. Esta distinción es vital, especialmente para ciudadanos de los países señalados en la lista de restricciones.

La medida afecta a nacionales de países como Cuba, Venezuela, Burundi, Laos, Sierra Leona, Togo y Turkmenistán, quienes enfrentan una prohibición parcial de ingreso, así como a personas de Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Afganistán, Myanmar, Chad, Congo-Brazzaville, Libia, Somalia, Yemen y Sudán, quienes están sujetos a una prohibición total.

Molano también apuntó que, aunque la orden incluye ciertas excepciones, todavía no se han emitido directrices claras por parte del Departamento de Seguridad Nacional, entidad encargada de controlar todos los puertos de entrada al país. Tampoco se ha confirmado si las aerolíneas deberán aplicar criterios adicionales de verificación.

La portavoz explicó que la justificación detrás de estas restricciones no se basa en acusaciones directas contra los ciudadanos de estos países, sino en preocupaciones sobre “la integridad de los procesos consulares” y en la necesidad de asegurar el funcionamiento adecuado de los procedimientos de emisión de visas.

“Nuestros oficiales consulares son la primera línea de defensa y tienen un trabajo muy importante en el extranjero para proteger nuestras fronteras y el territorio estadounidense”, concluyó Molano.

La entrada en vigor de esta orden genera tensión entre miles de solicitantes que ya habían iniciado procesos migratorios, así como en comunidades inmigrantes que ahora temen represalias o deportaciones. Por ahora, el mensaje del Departamento de Estado es claro: una visa no garantiza el acceso, y la última palabra la tiene un agente en la frontera.

Fuente: NTN24

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