Cuba busca ampliar vínculos con República Dominicana en medio de la prosperidad dominicana y la crisis en la isla
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 27 de septiembre de 2025

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, expresó a su homólogo dominicano, Roberto Álvarez, el interés de La Habana en ampliar las relaciones bilaterales y fortalecer vínculos comerciales. El encuentro tuvo lugar en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas y coincidió con una nueva ronda de conversaciones migratorias entre delegaciones de ambos países.
Según la Cancillería cubana, la reunión transcurrió en un ambiente “cordial y profesional” y permitió abordar temas como la lucha contra la trata de personas, el tráfico ilegal de migrantes y otros delitos asociados a la migración irregular. Ambos gobiernos ratificaron su compromiso de impulsar una migración ordenada y segura, así como de reforzar los mecanismos de cooperación consular.
Mientras Cuba reitera su deseo de estrechar lazos comerciales, la República Dominicana se ha convertido en un referente regional de crecimiento económico y desarrollo turístico. Con un modelo que combina estabilidad macroeconómica, apertura a la inversión extranjera y un turismo de clase mundial, el país caribeño ha sabido posicionarse como un destino confiable y atractivo.
El turismo dominicano no solo genera ingresos multimillonarios, sino que se sostiene en la excelencia del servicio y la diversificación de la oferta, desde resorts de lujo en Punta Cana hasta propuestas culturales en Santo Domingo y destinos ecológicos en Samaná. La economía se robustece con el impulso de la construcción, las remesas, la agroindustria y la llegada de nuevas inversiones, consolidando un entorno de crecimiento sostenido.
En contraste, Cuba retrocede en todos los frentes. El modelo económico impuesto por el régimen, basado en el control absoluto del Estado y en la falta de incentivos a la iniciativa privada, ha derivado en una crisis crónica: escasez de alimentos, inflación desbordada, caída del turismo y una migración masiva que desangra al país de capital humano.
A pesar de los reclamos de la población y de los fracasos evidentes, el régimen cubano se muestra renuente a aplicar cambios efectivos que modernicen su economía. Temen perder el control político que ejercen a expensas de mantener a la ciudadanía en la pobreza extrema. Esta obstinación ha convertido a la isla en un lugar donde las necesidades básicas se convierten en lujos y donde la supervivencia diaria depende del mercado negro, las remesas o la caridad.
Paradójicamente, mientras el gobierno cubano habla de “ampliar vínculos comerciales” con naciones vecinas, no ofrece garantías reales de seguridad jurídica para inversionistas ni crea las condiciones mínimas para que su propio pueblo prospere.
El contraste entre Cuba y República Dominicana demuestra que el progreso es posible en el Caribe cuando existe voluntad política para abrirse al mundo, atraer capital y apostar por la excelencia. Mientras los dominicanos celebran cifras récord en turismo y crecimiento económico, los cubanos siguen atrapados en un sistema inoperante que los condena a la escasez.