El Ministerio de Exteriores de Venezuela emitió una alerta de viaje considerada como máxima, dirigida a todos los ciudadanos venezolanos dentro y fuera del país, en la que urge evitar viajes a Estados Unidos y pide a quienes ya residen allí que salgan de inmediato.

La advertencia, difundida mediante un video en la plataforma Telegram, califica a Estados Unidos como un país peligroso para los migrantes y una amenaza directa a sus derechos fundamentales.

Según el mensaje oficial, en Estados Unidos los derechos humanos no aplican a las personas migrantes, y en especial a los venezolanos. El gobierno sostiene que los migrantes corren riesgos severos de detención arbitraria, discriminación racial, violencia institucional y desprotección legal. Se enfatiza que la vida, la libertad y la dignidad de los ciudadanos venezolanos están en juego al permanecer en suelo estadounidense, a la vez que se acusa a Washington de promover políticas xenófobas y punitivas.

El ministro Yván Gil, a cargo de la Cancillería venezolana, también se refirió a lo que denominó como una máquina sistemática de persecución contra los migrantes. En particular, señaló el caso de cientos de venezolanos que fueron deportados y actualmente están recluidos en una cárcel de máxima seguridad en El Salvador, bajo condiciones consideradas inhumanas, sin acceso adecuado a alimentos ni atención médica, y sometidos a presunta tortura psicológica. Caracas responsabiliza directamente a Estados Unidos por estos traslados forzados y acusa a sus autoridades de aplicar una política criminal que podría equivaler a terrorismo de Estado.

En sus declaraciones, el gobierno venezolano también criticó el trato policial en Estados Unidos, asegurando que ser latino, afrodescendiente o migrante venezolano allí representa un riesgo de muerte.

Afirma que las fuerzas de seguridad actúan con violencia desproporcionada y que las leyes estadounidenses permiten y fomentan un ambiente de odio y persecución. A su vez, la administración de Nicolás Maduro acusa a Washington de actuar en complicidad con sectores de la ultraderecha venezolana para dañar la imagen y estabilidad del país caribeño.

Esta declaración de alerta se emite pocos días después de que Estados Unidos lanzara una advertencia de viaje a sus ciudadanos, recomendando evitar Venezuela por considerarla un destino peligroso. En relación a esto, Washington alegó riesgos como detención arbitraria, terrorismo, inseguridad y falta de servicios médicos.

El cruce de advertencias refleja un deterioro creciente en las relaciones diplomáticas entre ambos países, con acusaciones mutuas sobre violaciones a los derechos humanos y amenazas contra ciudadanos en contextos de migración.

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