El valor del dólar estadounidense en el mercado informal cubano ha experimentado un alarmante incremento en los últimos dos meses, pasando de 320 a 345 pesos cubanos (CUP) por dólar. Esta escalada refleja la inflación descontrolada en la isla, impulsada por una combinación de baja productividad, salarios sin respaldo en producción y una crisis energética que afecta gravemente a la economía.

El aumento constante del dólar se debe, en gran parte, a la creciente escasez de divisas en el país, lo que incrementa la demanda de moneda extranjera en el mercado informal. Mientras tanto, el Gobierno ha intentado frenar esta tendencia con medidas que no han dado resultados efectivos, ya que no abordan las causas estructurales de la crisis.

Uno de los factores clave detrás de esta devaluación del peso cubano es la caída en la producción nacional, lo que provoca un déficit de bienes y servicios disponibles. A pesar de que el Estado continúa pagando salarios a los trabajadores, la falta de productos en el mercado hace que ese dinero pierda valor rápidamente. En este contexto, la gente busca refugio en el dólar como una forma de proteger sus ahorros y mantener su poder adquisitivo.

A esta situación se suman los prolongados apagones y la crisis de combustible, que han agravado aún más la inestabilidad económica. La falta de electricidad afecta tanto a la producción como al comercio, limitando las actividades diarias y generando incertidumbre en la población. Además, la dolarización parcial de la economía, con más tiendas y servicios operando exclusivamente en divisas, ha fortalecido la dependencia del dólar, dejando en una situación cada vez más precaria a quienes solo tienen acceso al CUP.

Aunque el Gobierno ha implementado estrategias para contener la inflación y estabilizar el mercado cambiario, estas han resultado insuficientes. La imposición de límites en las operaciones de cambio, el control de precios y la apertura de nuevas tiendas en moneda nacional no han logrado detener la depreciación del peso cubano. Al contrario, las distorsiones en la economía continúan profundizándose, lo que genera más presión sobre el tipo de cambio.

Con la actual tendencia alcista del dólar y la persistente crisis económica, es probable que el peso cubano siga perdiendo valor en los próximos meses. Mientras el Gobierno no adopte medidas estructurales que impulsen la producción y reduzcan el déficit de bienes y servicios, el deterioro del CUP continuará, dejando a la población cada vez más afectada por el encarecimiento de la vida en la isla.

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