Chocolate MC, cuyo nombre real es Yosvanis Arismin Sierra Hernández, se ha convertido en uno de los prófugos más buscados en el sur de la Florida y otros estados de EE.UU., tras incumplir compromisos judiciales relacionados con acusaciones previas.

Equipos de búsqueda privados y cazadores de recompensas han sido desplegados para localizarlo, y su situación legal se complica cada día más.

De acuerdo con el periodista cubano Mario Vallejo, quien dio la primicia a través de su canal de Facebook, incluso los representantes oficiales del artista han perdido contacto con él. Chocolate MC enfrenta órdenes de arresto luego de no presentarse ante las autoridades, pese a haber recibido apoyo financiero para pagar sus fianzas.

El artista, conocido como “El Rey de los Reparteros”, nació en La Habana en 1991 y saltó a la fama en 2015 con su exitoso tema Guachineo, que redefinió esa palabra como sinónimo de fiesta y desenfreno entre los jóvenes cubanos. Su música, aunque polémica y explícita, ha mantenido una fuerte conexión con la comunidad cubana en Miami y otras ciudades estadounidenses.

Chocolate MC siempre ha llevado una carrera rodeada de controversias. Desde joven, mostró un carácter conflictivo que lo llevó a problemas disciplinarios y legales en Cuba, incluyendo un encarcelamiento en 2015 tras un incidente en un concierto en Bayamo.

En 2017 emigró a Estados Unidos gracias a un visado cultural facilitado durante la administración de Barack Obama, continuando su carrera musical con éxito relativo pero también con numerosos incidentes judiciales.

Su historial en EE.UU. incluye arrestos por agresión, conducir sin licencia, posesión de drogas y altercados públicos. Ahora enfrenta no solo la revocación de sus fianzas, sino también posibles cargos adicionales por desacato a la corte, que podrían derivar en su deportación.

En cuanto a sus últimas declaraciones públicas, antes de desaparecer, Chocolate MC había manifestado en redes sociales su desconfianza hacia la policía estadounidense. En varios videos, expresó que sentía que era víctima de una “persecución racial” y que el sistema de justicia en EE.UU. no era justo con los artistas latinos, especialmente los afrodescendientes. Según sus propias palabras: “En este país si eres negro y latino te quieren ver preso o muerto. No confíes en la policía, no están para protegerte”. Estas declaraciones, cargadas de tensión y resentimiento, marcaron un punto de quiebre en su relación con las autoridades y algunos consideran que influyeron en su decisión de fugarse.

Actualmente, su paradero es desconocido y la búsqueda se intensifica. De ser capturado, no solo enfrentaría sanciones severas, sino que podría poner en riesgo su permanencia en territorio estadounidense, cerrando así un capítulo controversial de una carrera musical que nunca pudo separarse del escándalo.

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