La Universidad de Oriente, una de las instituciones más emblemáticas de la educación superior en Cuba, vive días de profundo dolor tras la muerte de dos de sus integrantes: el doctor Pedro Antonio Rodríguez Fernández, destacado profesor consultante, y el joven estudiante Luis Enrique Vicet Castellanos. Dos pérdidas que, con apenas unos días de diferencia, han dejado un vacío irreparable en la comunidad académica santiaguera.
El Dr. C. Pedro Antonio Rodríguez Fernández fue una figura esencial en la Facultad de Ingeniería Química y Agronomía. Graduado como Ingeniero Agrónomo en 1974 en la propia Universidad de Oriente y Doctor en Ciencias Agrícolas por la Universidad de Plovdiv, Bulgaria, dedicó más de cuatro décadas a la docencia, la investigación y la formación de generaciones de profesionales. Impartió más de 70 asignaturas, dirigió decenas de tesis y lideró proyectos sobre agricultura orgánica, suelos salinos y medio ambiente, contribuyendo de manera decisiva al desarrollo científico del país.
Sus aportes trascendieron las fronteras cubanas gracias a su colaboración con universidades y centros de investigación en Colombia y Ecuador. La institución lo recordó como un “maestro ejemplar, comprometido con la ciencia, la ética y la educación”, y envió un mensaje de condolencias a su familia, colegas y discípulos.
Poco después, la universidad confirmó el fallecimiento de Luis Enrique Vicet Castellanos, estudiante de tercer año de Ingeniería Mecánica y residente en Palma Soriano. El joven, de solo 21 años, perdió la vida a causa de un infarto asociado a enfermedades de base. Su muerte provocó una ola de conmoción entre sus compañeros, quienes lo describen como un muchacho alegre, aplicado y siempre dispuesto a ayudar.
“Su partida deja un dolor enorme entre nosotros. Era un muchacho lleno de sueños y energía”, escribió uno de sus amigos en redes sociales.
Estos dos fallecimientos se suman a una ola de luto que ha golpeado en las últimas semanas a distintos sectores de la sociedad cubana, incluyendo el académico y el cultural. La tristeza también alcanza a Guantánamo, donde murieron repentinamente dos jóvenes profesores, y al mundo del arte, tras la pérdida del cineasta Manuel Pérez y del músico Hermes Ramírez Silva, director de la Steel Band de El Cobre.
En medio de la crisis que atraviesa el país, la comunidad universitaria de Santiago de Cuba se une hoy en el dolor, recordando a un maestro que formó generaciones y a un estudiante que representaba el futuro. Dos vidas distintas, un mismo legado: el amor por el saber y el compromiso con Cuba.