Las cárceles cubanas están plagadas de enfermedades graves como el dengue, la tuberculosis y la varicela. Esta situación aberrante representa una afrenta a los derechos humanos más básicos. En agosto, dos reclusos fallecieron en cárceles de la Isla debido a la negligencia médica y a la inadecuada atención sanitaria. Así lo reveló un informe del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas, el cual documentó 103 incidentes relacionados con violaciones de derechos humanos. De estos, 63 se vincularon directamente a la falta de asistencia médica y a la insuficiencia alimentaria, según informó Martí Noticias.
Raúl Enrique Medina, responsable de prensa del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas, destacó que las condiciones de salud de los reclusos se han deteriorado significativamente, en gran medida debido a enfermedades colectivas como el dengue, la tuberculosis y la varicela. En el octavo mes del año, fallecieron Luis Franklin Ruiz, en la cárcel Kilo 7 de Camagüey, y Mario Benítez, en la prisión 1580 de La Habana, ambos a causa de una atención médica deficiente.
El informe también subraya la crítica situación alimentaria en las cárceles cubanas, donde las raciones son insuficientes y de mala calidad. Medina señaló que es común el robo de alimentos traídos por los familiares de los reclusos, y que con frecuencia se sirve comida en mal estado. Además, el informe menciona las amenazas y represalias que enfrentan los reclusos que se atreven a denunciar abusos por parte del personal carcelario. Las violaciones de derechos humanos documentadas abarcan más de 30 centros penitenciarios en 13 provincias y en la Isla de la Juventud, lo que indica que estos problemas son generalizados en todo el sistema penitenciario cubano.
Medina concluyó que los informes reflejan solo una parte de la grave situación, y que la realidad en las prisiones cubanas es mucho más alarmante, incumpliendo claramente las Reglas "Nelson Mandela" de la ONU sobre el tratamiento a los reclusos. Las Reglas "Nelson Mandela" son un conjunto de estándares mínimos para el tratamiento de los presos, adoptados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015. Estas reglas incluyen, entre otras cosas, el derecho de los reclusos a recibir atención médica adecuada y a ser tratados con dignidad y respeto.
Además de la negligencia médica y la mala alimentación, el informe del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas también denuncia otros abusos. Entre ellos, la falta de higiene y saneamiento en las cárceles, lo que agrava aún más la propagación de enfermedades. Los reclusos a menudo no tienen acceso a agua potable ni a instalaciones sanitarias adecuadas, lo que contribuye a las malas condiciones de salud. La falta de ventilación y de espacio adecuado en las celdas también es un problema grave, con muchas cárceles operando muy por encima de su capacidad.
Los informes de violaciones de derechos humanos también incluyen denuncias de malos tratos físicos y psicológicos por parte del personal carcelario. Los reclusos que intentan denunciar estas violaciones a menudo enfrentan represalias, incluyendo aislamiento, violencia y la privación de visitas familiares. Este clima de miedo y represalias dificulta que los reclusos puedan denunciar las condiciones inhumanas en las que viven.
En resumen, la situación en las cárceles cubanas es crítica y alarmante. Las enfermedades, la falta de atención médica, la insuficiencia alimentaria, la mala higiene y los abusos del personal carcelario son solo algunas de las violaciones de derechos humanos que enfrentan los reclusos. Los informes del Centro de Documentación de Prisiones Cubanas revelan solo una parte de esta realidad, que incumple flagrantemente las normas internacionales sobre el tratamiento de los presos. Es imperativo que se tomen medidas urgentes para mejorar las condiciones en las cárceles cubanas y garantizar que se respeten los derechos humanos de todos los reclusos.
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