En Sancti Spíritus, los productores lecheros han decidido detener la venta de su leche al Estado tras cuatro meses sin recibir los pagos correspondientes. La crisis se debe a la falta de efectivo en los bancos, que ha dejado a los campesinos sin la posibilidad de cobrar por su producto.
"Nos exigen cumplir con la cuota de entrega, pero no nos pagan", comenta un miembro de una cooperativa local, que pidió mantener su identidad en reserva. "Así no se puede trabajar", añadió frustrado.
El sistema de comercialización con el Estado establece que cada productor debe entregar una cantidad determinada de leche a la empresa estatal Combinado Lácteo Río Zaza, con precios que varían entre 75 pesos por litro para la cuota asignada y 38 pesos por litro para cualquier excedente. Sin embargo, aunque las empresas depositan los pagos en los bancos, el dinero no está disponible en efectivo para los campesinos, quienes dependen de él para cubrir sus necesidades diarias.
"El banco está vacío. Aquí todo se paga en efectivo, desde la comida hasta los salarios, y la gente no confía en el dinero electrónico", explica otro productor. Sin acceso a sus pagos, muchos han optado por vender la leche directamente a particulares a un precio mucho más alto, obteniendo hasta 120 pesos por litro en el mercado informal.
El problema no es nuevo. Las cooperativas agropecuarias, que agrupan a la mayoría de los productores de leche, vegetales y frutas en la provincia, se han visto afectadas por la falta de liquidez en las instituciones bancarias. Además, las presiones estatales para que los ganaderos se integren en este sistema dificultan su operación fuera del marco oficial.
En julio, el gobernador de Sancti Spíritus, Alexis Llorente, informó que la "contratación de la leche" con los campesinos había superado los 6 millones de litros. No obstante, evitó mencionar la creciente crisis de pagos, que ya entonces era evidente.
La situación ha llevado a que productores como Mario, un ganadero de Jatibonico, tomen decisiones drásticas. "Empecé a vender mi leche directamente. No tiene sentido vendérsela al Estado por ese precio miserable, cuando en la calle consigo el triple", afirmó.
Con los pagos atrasados y la falta de soluciones a corto plazo, la tensión entre los productores de leche y las autoridades parece estar lejos de resolverse. Mientras tanto, la huelga de entregas continúa, afectando no solo a los campesinos, sino también a la cadena de suministro de productos lácteos en la región.
(Con información de "14yMedio")
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