Realmente ser dictador es un condición extrema y si se trata de imitar al mayor de ellos, pues en Miguel Díaz Canel tenemos el mayor ejemplo. Ahora a Pinocho se le ha ocurrido la brillante idea de formar un contingente de jóvenes en Ciego de Ávila para combatir los precios considerados abusivos y especulativos.
Según una publicación del periódico oficialista Invasor en Facebook, el grupo está integrado por estudiantes de preuniversitarios, ciencias médicas y otras instituciones educativas.
La medida, que busca “corregir distorsiones en la gestión no estatal”, asigna a los jóvenes la responsabilidad de supervisar y controlar precios en un contexto marcado por la inflación y la escasez generalizada en el país, pues al parecer la provincia no tiene suficientes inspectores.
Esta acción refleja una estrategia gubernamental que, en lugar de abordar las causas estructurales de la crisis económica, delega en estudiantes tareas propias de las autoridades competentes. La iniciativa ha generado críticas por exponer a los jóvenes a un entorno cargado de tensiones sociales sin ofrecer soluciones reales a los problemas de fondo.
Esto nos hace recordar aquel fenómeno creado por Fidel Castro de los trabajadores sociales, muchos arrancados de las calles, muchachos sin estudiar, y que convirtieron en una fuerza dominante, muchas veces, abusadora. Lo que hacían en los garajes expendedores de gasolina era criminal; por solo mencionar un ejemplo. ¿Qué pasara ahora?
En la sección de los comentarios, Cristian Domínguez emplazó al régimen: “¿Y por qué no hacen su trabajo los inspectores y los policías que buen salario tienen; enfrentar a los jóvenes contra los mafiosos especuladores? ¿Ese ejército de lucha contra los precios abusivos también tendrán jurisdicción en las tiendas MLC y USD? ¡Pues en estas es donde más abusivos son los precios!”.
Fidel Alejandro Ojeda César consideró que esta medida es otra muestra de desatino del gobierno de Díaz-Canel: “Esas ideas de ordenamiento, solamente las entienden los del Comité Central. El control de la especulación solo se da en la Ley de oferta y demanda. Si no hay productos, se encarecen y si hay muchos bajan, pues la competencia te ahoga ¿por qué la tiendas de MLC no aplican la misma regla?”.
López Julio César dijo: “Estás son las cosas que tienen indignada a la población y por eso el descontento popular y la poca credibilidad en las instituciones de gobierno. Es inhumano cómo tienen atemorizado y obstinado al sector privado, cuando ellos no son capaces de corregir sus precios en las tiendas MLC que son abusivos.
"Si hacemos un análisis de los precios en MLC y los precios en el sector privado llegaremos a la conclusión de que las tiendas están explotando al obrero mientras el privado está ayudando a la gente a darle de comer porque el gobierno es incapaz de alimentar a la población. Póngase bravo quien quiera es la realidad de Cuba, la ley de la guataca. Y no me hablen de bloqueo exterior que las Mypimes se crearon, sobre todas las cosas, para evadir al bloqueo; aquí todo lo que está entrando viene de Miami por el Mariel, ¿entonces?”.
En julio, el gobierno cubano anunció que impondría multas que podrían superar los 8 mil pesos a los negocios privados que incumplieran el tope de precios a seis productos básicos de alta demanda.
Después de que entró en vigor la Resolución 225/2024 del Ministerio de Finanzas y Precios que fijó los precios minoristas de venta al pollo troceado, los aceites comestibles (excepto el de oliva), la leche en polvo, las pastas alimenticias, las salchichas y el detergente en polvo, el régimen desplegó un operativo de control en todo el país para detectar violaciones de precios y sancionar a los infractores.
Entre el 17 al 23 de agosto, el Ministerio de Finanzas y Precios cerró negocios y retiró proyectos de trabajo a 368 “actores no estatales” en la “continuidad” de la cruzada de control gubernamental sobre el sector privado. En solo una semana, el gobierno ordenó el cierre de 171 establecimientos y el término de 197 proyectos de trabajo de emprendedores particulares, además de efectuarse 58 decomisos de productos y 773 ventas forzosas por “violaciones detectadas”.
La Habana, como parte de la "cacería de brujas", se forzó a comerciantes a realizar 77 ventas obligatorias de sus productos durante un operativo de control.
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