El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tiene previsto ejecutar una serie de amplias operaciones en ciudades santuario como Chicago y Nueva York inmediatamente después de que Donald Trump asuma la presidencia, según confirmaron varias fuentes.
Estas acciones, programadas para iniciar el 21 de enero, estarán dirigidas a personas con órdenes de deportación pendientes y se desarrollarán en zonas donde las autoridades locales no colaboran activamente con el gobierno federal en asuntos migratorios.
Tom Homan, designado como jefe de la frontera por la nueva administración, aseguró que estas operaciones buscarán identificar y deportar a inmigrantes considerados una amenaza para la seguridad del país, aunque aclaró que cualquier persona en situación irregular podría ser afectada.
Fuentes internas revelaron que ICE ha limitado temporalmente los arrestos en algunas oficinas para reservar espacio en los centros de detención destinados a los detenidos durante estas redadas.
"Estamos preparando nuestras instalaciones para lo que viene la próxima semana", indicó un funcionario de ICE.
El operativo incluiría a cientos de agentes desplegados en diferentes ciudades, con Chicago como uno de los principales puntos de atención. Según el Wall Street Journal, cerca de 200 oficiales participarán únicamente en esa ciudad.
En una reciente entrevista, Homan subrayó que ICE actuará con firmeza, enfocándose inicialmente en los casos más graves, aunque no descartó que todas las personas en situación irregular enfrenten consecuencias.
Además de las redadas, se esperan cambios significativos en la política migratoria, como la eliminación de la aplicación CBP One, que permitió programar cruces fronterizos durante la administración Biden.
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