En una intensa batalla de cuartos de final en los Juegos Olímpicos de París 2024, el legendario luchador cubano Mijaín López demostró una vez más por qué es considerado uno de los mejores de todos los tiempos. López se enfrentó al campeón mundial iraní Amin Mirzazadeh en un combate que mantuvo a todos al borde de sus asientos.
Desde el inicio del enfrentamiento, López, cuatro veces campeón olímpico, mostró su experiencia y dominio técnico. El cubano obtuvo el primer punto del combate cuando Mirzazadeh fue penalizado por pasividad. López aprovechó esta ventaja inicial y, poco después, logró dos puntos adicionales gracias a un desbalance, ampliando su ventaja en el marcador.
Sin embargo, el combate tuvo un giro cuando los jueces marcaron una pasividad a López. Según las reglas, esto otorgó una oportunidad a Mirzazadeh de trabajar desde la posición superior en el suelo, conocida como “par terre”. Sorprendentemente, el iraní decidió no trabajar en los cuatro puntos y mantuvo a López de pie, una decisión que dejó a muchos espectadores perplejos.
A pesar de este momento de tensión, López mantuvo su compostura y control del combate. Su experiencia y habilidad para manejar situaciones difíciles fueron clave para asegurar la victoria y avanzar a las semifinales. Este triunfo no solo acerca a López a la posibilidad de ganar su quinto oro olímpico consecutivo, sino que también reafirma su estatus como una leyenda viva del deporte.
El próximo reto de Mijaín López será en las semifinales. Los aficionados de la lucha grecorromana en todo el mundo estarán observando atentamente, ansiosos por ver si López puede continuar su racha victoriosa y avanzar a la final para luchar por su histórico quinto oro olímpico.