Emociones dividas dejó la víspera el enfrentamiento entre dos cubanos en el cuadrilátero de los juegos olímpicos de Tokio.
Julio César la Cruz por Cuba, se enfrentó al cubano nacionalizado español Enmanuel Reyes Pla.
La situación se salió del plano deportivo y llegó al político, como han afirmado periodistas especializados que señalaron un combate muy parejo.
El propio Reyes Pla tras ser declarado perdedor en votación dividida declaró: “Me siento ganador, esto lo han llevado al terreno político”.
Y así fue como lo marcó un momento, donde tras la victoria, fúrico la Cruz sentenció: “esto no es Patria y Vida es Patria o Muerte. Venceremos”, dejando clara su afiliación al régimen cubano, que materializó sus grandes aspiraciones en un combate: echar a pelear a la misma sangre, cubano contra cubano. Algo que ha venido sucediendo por las últimas seis décadas.
De hecho, la pelea traía como favorito a la Cruz quien es el campeón olímpico vigente en ese peso, pero que además tiene cuatro campeonatos mundiales. Reyes Pla, venía con el ímpetu de liberarse, pues precisamente había salido de Cuba en busca de una oportunidad de brillar, debido a que en la isla vivía a la sombra de la Cruz, la única opción que siempre contempló la federación cubana.
Los jueces, en cambio vieron ganar a Julio César en el combate pactado a tres asaltos de tres minutos de duración, como marca la normativa olímpica, y a pesar que hubo oportunidades para ambos, terminaron señalado que el primer y tercer asalto fueron para el cubano y el segundo para el cubano-español.