Dos ciudadanos cubanos fueron arrestados en Milán por su supuesta participación en distintos hechos delictivos que han despertado preocupación entre las autoridades italianas sobre la implicación de algunos migrantes en actividades criminales. Ambos casos ocurrieron en el centro de la ciudad, a poca distancia entre sí, e involucran violencia, persecuciones y posibles vínculos con el tráfico de drogas.
El primero de los arrestos ocurrió en la Piazza De Lellis, cerca de la Estación Central, cuando un turista alemán fue víctima de un robo mientras desayunaba al aire libre. Un ladrón le arrebató la cartera y huyó hacia un Fiat 500, donde un cubano de 39 años lo esperaba al volante.
El turista intentó impedir la huida colgándose de la manija del vehículo, pero terminó siendo arrastrado por varios metros antes de soltarse. Afortunadamente, un conductor que presenció la escena decidió seguir al automóvil de los sospechosos hasta que una patrulla policial logró interceptarlo en Via Vittorio Veneto. Aunque el ladrón logró escapar a pie, el cubano fue detenido en el lugar.
El detenido no solo enfrentará cargos por complicidad en el robo, sino también por conducir sin licencia válida y por sus antecedentes penales previos, lo que agrava considerablemente su situación legal. El turista alemán recuperó su cartera, que fue abandonada en el vehículo durante la fuga.
El segundo incidente se desarrolló también en Via Vittorio Veneto y terminó con la detención de un joven cubano de 27 años, señalado como el principal sospechoso de haber apuñalado a un adolescente egipcio de 13 años. Según informes locales, el ataque tuvo lugar tras una fallida transacción de drogas. El menor fue trasladado en estado crítico al hospital Fatebenefratelli por un joven de 19 años, mientras su perro, herido en el mismo hecho, murió poco después en una clínica veterinaria.
La detención del cubano en Pozzuolo Martesana se produjo pocas horas después del ataque; presentaba una herida en la mano compatible con el tipo de agresión sufrida por la víctima, lo que fortaleció las sospechas en su contra. Las autoridades siguen investigando el caso, que podría involucrar a más personas en una red de narcotráfico juvenil.
Ambos casos refuerzan el enfoque de las autoridades italianas sobre el control migratorio y la posible deportación de extranjeros implicados en delitos graves.
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