La incertidumbre y la angustia marcan las últimas horas de la familia de Maikel Cedeño Pérez, un cubano que lleva desaparecido desde el pasado 10 de septiembre.
La denuncia fue hecha pública en redes sociales por su hermana, Liudmila Pérez, residente en La Habana, quien implora ayuda para encontrarlo y pide a toda la comunidad difundir el caso.
Según el testimonio de Liudmila, Maikel salió desde la intersección de Porvenir y Bouza, en la capital, con rumbo a la terminal de La Coubre, desde donde se dirigiría hacia Holguín. Sin embargo, nunca llegó a su destino y hasta este 12 de septiembre no se tienen noticias sobre su paradero.
Maikel Cedeño Pérez mide alrededor de seis pies de estatura, es de piel blanca, tiene ojos verdes, está calvo y porta un tatuaje en la espalda, características físicas que su hermana detalló para facilitar su identificación.
La preocupación es creciente, ya que en Cuba el número de personas desaparecidas se ha vuelto alarmante en los últimos tiempos.
Muchas familias han denunciado casos similares y, en demasiadas ocasiones, las personas son halladas sin vida tras días de incertidumbre.
“La desesperación crece con cada hora que pasa sin noticias. Por amor de Dios, les pido que me ayuden a difundir esta publicación”, escribió Liudmila en su perfil de Facebook, reflejando el pánico que embarga a cualquier familia cubana cuando un ser querido desaparece en circunstancias tan inciertas.
En la isla, donde la inseguridad ciudadana ha ido en aumento, la falta de información oficial y la poca respuesta de las autoridades profundizan la angustia de los familiares.
Mientras la delincuencia se multiplica, los cubanos sienten que no cuentan con mecanismos efectivos de protección, lo que convierte cada desaparición en una pesadilla colectiva.
El caso de Maikel Cedeño Pérez es, lamentablemente, uno más dentro de una realidad marcada por el abandono institucional y la desprotección del ciudadano.
La familia sigue esperando información y clama solidaridad para que la denuncia llegue a más personas, con la esperanza de que Maikel aparezca con vida.
La voz de su hermana Liudmila Pérez es un grito desesperado en medio de un país donde cada día crece el miedo a perder a los seres queridos sin obtener nunca respuestas claras.
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