Una mujer residente en La Habana denunció en las redes sociales a la cantante cubana Telmary Díaz, acusándola de causar graves filtraciones y daños estructurales en su vivienda debido a una remodelación realizada en el apartamento superior. Moraima Quiñones Leand, quien reside en Calle 26 #163, piso 10, apartamento 3, afirmó en Facebook que las filtraciones provenientes del baño ampliado por Telmary han afectado su hogar y su salud, dejándola en una situación desesperada.
Quiñones aseguró que ha realizado todos los trámites legales posibles para resolver el problema, incluyendo la contratación de un abogado y la entrega de documentos originales requeridos por el tribunal. Sin embargo, tras meses de espera, no ha obtenido respuestas concretas: “Desde marzo estoy lidiando con esta situación. El abogado me pidió los papeles originales y fui al tribunal para saber cómo iba el caso; me dijeron que no debía ir, que eso era problema del abogado. Al final, el tiempo pasa y la citación a Telmary nunca llegó”.
La denunciante describió que las filtraciones han afectado severamente su hogar, dañando la sala, el comedor, el balcón, un cuarto y hasta los tendidos eléctricos, dejándola sin corriente en varias áreas del apartamento: “Si cocino, me cae agua. Esto no es vida”.
Aseguró que estas filtraciones han impactado su salud, causándole caída del cabello, irritaciones en la piel y un constante estado de estrés: “He tenido que cortarme el pelo por la picazón y tomar medicamentos que apenas se consiguen en Cuba”. Quiñones señaló que el tribunal intentó en dos ocasiones entregar una citación en la vivienda de Telmary, pero nadie abrió la puerta.
Según explicó, la cantante pasa la mayor parte del tiempo fuera de Cuba, residiendo en Estados Unidos, mientras su apartamento en La Habana es utilizado por cuidadores y extranjeros que, según dice, no han asumido responsabilidad alguna por los daños. “Ella goza de su vida en el extranjero mientras yo estoy aquí, lidiando con el desastre que dejó. Tiene que levantar el baño y arreglar las tuberías. No es justo que yo, a mis 61 años, viva esto después de construir mi casa con tanto sacrificio”.
Además de las filtraciones, Quiñones denunció el ruido constante proveniente del apartamento superior, con golpes, música alta y el arrastre de muebles, lo que hace su vida aún más insoportable. Desesperada por la falta de soluciones, Quiñones hizo un llamado a las autoridades para que intervengan en el caso: “¿Existirá justicia en mi país, aunque ella sea una figura de la cultura cubana?”, se preguntó, dejando claro que no descansará hasta encontrar una solución.
En septiembre de 2024, una cubana residente en La Habana logró resolver un problema de aguas negras que llevaba meses afectando su hogar. La activista Yamilka Lafita publicó la denuncia en redes sociales, lo que motivó a la empresa estatal Aguas de La Habana a intervenir y destapar la alcantarilla obstruida. Este caso evidencia como muchas problemáticas solo obtienen atención al hacerse públicas en redes, mientras persisten en otras zonas, resaltando la ineficiencia del sistema, según la activista.
Pocos días antes, el 19 de septiembre, videos en redes sociales mostraron el desperdicio de agua potable en las calles de La Habana, mientras muchas familias sufrían escasez. Un usuario documentó una avería cerca de las instalaciones de la empresa Aguas de La Habana, calificando la situación de irresponsable en un contexto de carencias extremas.
En el caso de Moraima Quiñones se pone de manifiesto el total irrespeto de las autoridades ante situaciones críticas de vivienda en Cuba. Muchas personas en la Isla enfrentan problemas similares de filtraciones y daños estructurales sin recibir soluciones efectivas de parte del gobierno.