La policía del municipio Contramaestre, en Santiago de Cuba, capturó recientemente a un joven acusado de distribuir la peligrosa droga conocida como “el Kímico”, una variedad de cannabinoide sintético que ha ganado notoriedad en la isla por sus efectos altamente nocivos y su creciente presencia en fiestas juveniles.
El detenido, identificado como Juan Carlos, era conocido en la localidad de Frank País por su vida nocturna activa. Solía ser visto los fines de semana asistiendo a rumbas y celebraciones, lo que en apariencia parecía una vida social común entre jóvenes cubanos. Sin embargo, detrás de esa fachada se escondía una actividad delictiva mucho más seria.
De acuerdo con la información divulgada por el perfil oficialista Héroes del Moncada, cercano a la policía, Juan Carlos utilizaba el forro de su teléfono móvil para ocultar pequeñas dosis de “papelitos”, como también se les conoce a estos cannabinoides sintéticos. La estrategia le permitía distribuir la sustancia sin levantar sospechas entre los asistentes a las fiestas, seleccionando especialmente a quienes mostraban signos de haber consumido alcohol o estaban más vulnerables.
La droga, aunque relativamente nueva en el contexto cubano, es considerada una amenaza por las autoridades sanitarias y policiales. El “Kímico” ha sido asociado con episodios de paranoia, alucinaciones, agresividad e incluso daños neurológicos permanentes. Su comercialización, sobre todo entre jóvenes, ha generado alarma en distintas comunidades del oriente cubano.
La policía actuó rápidamente tras recibir denuncias sobre las actividades delictivas del joven. Según la fuente oficialista, se puso en marcha un operativo de vigilancia que permitió confirmar las sospechas y proceder con su detención. Ahora, Juan Carlos enfrentará cargos relacionados con el tráfico y la distribución de sustancias ilícitas, bajo el principio de “tolerancia cero” que promueve el régimen en su lucha contra las drogas.
Aunque no se han ofrecido detalles adicionales sobre la cantidad de droga incautada o si hay otros implicados en la red de distribución, el caso ha encendido las alarmas sobre el aumento de drogas sintéticas entre la juventud cubana, en particular en contextos festivos donde el control suele ser más laxo.
Este incidente se suma a una serie de acciones policiales recientes que buscan frenar el avance del narcotráfico en el país, en medio de una realidad social cada vez más golpeada por la crisis económica y la desesperanza de los sectores más jóvenes, que ven en estas actividades una vía rápida de ingresos, sin medir las consecuencias.
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