El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prorrogó por un año más la declaración de emergencia que prohíbe a embarcaciones registradas en el país norteamericano entrar en aguas de Cuba.
Se trata de una medida que está en vigor desde el año 1996 y que fue adoptada tras la destrucción de dos aviones por parte de las fuerzas del régimen cubano.
El mandatario norteamericano dijo que entiende que la situación no ha cambiado en el último año y que las autoridades cubanas todavía tienen que "demostrar" que no usarán la fuerza contra barcos o aviones de Estados Unidos que puedan participar, por ejemplo, en "protestas pacíficas" en aguas al norte de la isla.
De igual modo, el gobernante señaló que la entrada "no autorizada" de barcos estadounidenses en Cuba puede facilitar una "migración masiva", lo cual representaría, ante la mirada de Washington, un riesgo adicional en temas de seguridad nacional y en las relaciones diplomáticas internacionales.
“Continúo la emergencia nacional con respecto a Cuba y la autoridad de emergencia relacionada con la regulación del anclaje y el movimiento de buques establecida en la Proclamación 6867, enmendada por la Proclamación 7757, la Proclamación 9398 y la Proclamación 9699”, refiere la declaración firmada por Biden.
Esta declaración de emergencia fue suscrita el 1 de marzo del año 1996 por el entonces presidente, Bill Clinton, una semana después de que fueran derribadas dos avionetas del grupo del exilio cubano Hermanos al Rescate por parte de cazas cubanos.
El texto argumenta que “la entrada no autorizada de cualquier embarcación registrada en Estados Unidos en aguas territoriales cubanas sigue siendo perjudicial para la política exterior” de ese país, y “podría facilitar una migración masiva desde Cuba”.
Por otro lado, la Casa Blanca insiste en que “una migración masiva desde Cuba” pondría en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos al suponer una perturbación o amenaza de perturbación de las relaciones internacionales”.
El 24 de febrero de 1996, aviones cazas MIG-29 de la fuerza aérea cubana derribaron dos avionetas civiles de Hermanos al Rescate, un grupo del exilio cubano con sede en Miami fundado por el disidente José Basulto que regularmente avisaba a la Guardia Costera de EE. UU. de la llegada de balseros de la isla.
“Fue un operativo fulminante. En cuestión de minutos los misiles aire-aire de los MIG-29 cubanos pulverizaron las avionetas desarmadas que habían salido de Miami a rescatar inmigrantes. Así perdieron la vida tres pilotos estadounidenses de origen cubano, Carlos Costa, Mario de la Peña y Armando Alejandre Jr., y el residente cubano, Pablo Morales”, recuerda la prensa.
A bordo de otra avioneta, al menos unas cuatro personas lograron sobrevivir después de escapar de una persecución aérea de más de una hora. Fueron José Basulto, el fundador de Hermanos al Rescate, el copiloto Arnaldo Iglesias y el matrimonio de Andrés y Silvia Iriondo.
Tras el suceso, los familiares de las víctimas y la comunidad cubana en el exilio han pedido sin cesar que los responsables de este crimen sean llevados ante la justicia.
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