El Sistema Electroenergético Nacional (SEN) de Cuba atraviesa uno de sus peores momentos, con apagones diarios que superan los mil 700 megawatts, una cifra alarmante que evidencia el deterioro estructural del sistema.

La Unión Eléctrica (UNE) informó que el miércoles 9 de abril la afectación al servicio se extendió durante todo el día, alcanzando un pico de interrupción de 1mil 681 MW a las 8:20 p.m., momento de mayor demanda.

Este jueves 10 de abril, la situación no mejora. A las 7:00 a.m., la disponibilidad del SEN era de solo mil 900 mw frente a una demanda de 2 mil 450 MW, lo que provocó una afectación de 628 mw. Para el horario pico nocturno, se prevé una demanda de 3,400 mw con una capacidad limitada a 1,900 mw, lo que generaría un déficit de hasta 1,570 mw.

El colapso se debe a múltiples factores, todos conocidos y repetitivos: averías en varias unidades generadoras, mantenimientos prolongados y una escasez crítica de combustible. Actualmente, están fuera de servicio por fallas técnicas las unidades 1 y 2 de las CTE Santa Cruz y Felton, así como otras en mantenimiento en las termoeléctricas de Cienfuegos y Renté. Las limitaciones en la generación térmica alcanzan los 389 mw. 75 centrales de generación distribuida no funcionan por falta de combustible, lo que representa otros 515 mw perdidos. A ello se suman 119 mw inactivos por falta de lubricantes.

En un intento por mitigar la crisis, La Habana implementó un cronograma de cortes eléctricos por bloques, que abarcan desde las 10:00 a.m. hasta las 10:00 p.m., afectando a gran parte de la capital.

Aunque se han incorporado nuevos parques solares, cuya generación alcanzó los 620 megawatts hora (mwh), estos esfuerzos resultan insuficientes frente a un déficit energético cada vez más severo.

La obsolescencia tecnológica, el desabastecimiento de insumos esenciales y la falta de mantenimiento condenan al SEN a una inestabilidad crónica, que repercute directamente en la vida diaria de los ciudadanos y en el funcionamiento del país.

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