El estado de Florida ha cerrado uno de los casos más insólitos de poligamia en años, con la condena de Henry Betsey Jr., un hombre de 50 años que contrajo matrimonio legal con tres mujeres al mismo tiempo, sin que ninguna de ellas supiera de las otras. Betsey mantuvo esta triple vida durante meses, hasta que una de sus esposas descubrió la verdad por pura curiosidad.

Los documentos judiciales revelan que el primer matrimonio ocurrió en noviembre de 2020 en Duval County, con Tonya, la primera esposa. Dos años después, en febrero de 2022, Betsey se casó con Brandy en Manatee County y apenas nueve meses después, en noviembre del mismo año, contrajo un tercer matrimonio con Michele Narens en Hernando County, poco tiempo después de conocerla.

Ninguna de las tres tenía conocimiento de los otros matrimonios, lo que evidencia una deliberada y calculada ocultación por parte de Betsey.

El entramado comenzó a desmoronarse cuando Tonya decidió revisar registros públicos de matrimonio en Florida y encontró que su esposo figuraba legalmente como cónyuge de otras dos mujeres. La denuncia que presentó ante las autoridades permitió iniciar una investigación que confirmó la poligamia.

El 31 de julio de 2025, el juez Charles B. Merritt Jr. declaró culpable a Betsey por delito grave de poligamia, aunque, a pesar de que la ley contempla penas de cárcel para estos casos, se le impuso dos años de libertad condicional, 100 horas de servicio comunitario, una evaluación de salud mental y la prohibición de contacto con sus esposas o uso de aplicaciones de citas.

Betsey ofreció disculpas durante el juicio, pero las mujeres afectadas dudan de su sinceridad. Brandy afirmó que, desde el día de su boda, Betsey le pidió abrir una cuenta bancaria conjunta, lo que sugiere que su interés no era solo sentimental, sino económico. Michele Narens reveló que solo supo la verdad cuando fue contactada por una de las otras esposas, sorprendida por la situación.

Este caso también puso en evidencia las falencias en los sistemas de registro civil en Estados Unidos. La falta de un sistema centralizado permitió que Betsey contrajera múltiples matrimonios sin que las autoridades lo detectaran automáticamente, facilitando un engaño prolongado que afectó profundamente a las víctimas.

Aunque Betsey evitó la cárcel, su condena como delincuente convicto tendrá consecuencias a largo plazo en su vida personal y laboral, mientras que para las mujeres involucradas, la sentencia es apenas el comienzo de su búsqueda de justicia.

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