Las celebraciones por el cierre del verano en Manzanillo, provincia de Granma, terminaron en tragedia cuando un hombre fue asesinado brutalmente a machetazos durante una fiesta popular en el barrio Las Novillas. El agresor, un individuo con antecedentes penales, fue capturado horas después por la policía.

El hecho ocurrió en medio de una jornada festiva que se tornó violenta tras una presunta discusión entre el agresor y la víctima, identificada como Roberto Castilla Oñate. Según el perfil oficialista Entérate con Aytana Alama, el atacante habría responsabilizado a la víctima de haberlo delatado ante las autoridades tras un robo en el que ambos habrían estado implicados, lo que detonó un brutal acto de venganza.

Testigos del hecho señalaron que, tras cometer el asesinato, el atacante intentó localizar a otros dos hombres pertenecientes a la misma banda, a quienes también habría amenazado con matar. Sin embargo, estos lograron escapar, evitando un desenlace aún más trágico.

El responsable logró huir momentáneamente, pero fue capturado en las horas siguientes gracias a un operativo policial que devolvió cierta calma a los residentes de Las Novillas. Muchos expresaron su dolor por la pérdida, pero también su alivio al saber que el agresor ya está bajo custodia.

Este no es un hecho aislado. En otras provincias como Santiago de Cuba y Pinar del Río, se han reportado recientemente episodios similares de violencia durante eventos festivos. Desde riñas con armas blancas hasta asesinatos en plena vía pública, la seguridad ciudadana parece estar cada vez más comprometida.

En Manzanillo, la situación se ha vuelto alarmante. La crisis económica, el desempleo y la escasez han alimentado un clima de desesperación que desemboca en actos delictivos y violentos.

Vecinos de barrios como La Kaba han tenido que intervenir directamente ante la ausencia o demora de las autoridades; incluso, deteniendo a ladrones por sus propios medios.

A pesar de la captura del asesino en el caso de Las Novillas, la percepción generalizada es que la policía llega tarde y actúa con poca contundencia. La población exige acciones más firmes para frenar esta ola de criminalidad que empaña la tranquilidad de sus comunidades y pone en riesgo la vida de inocentes.

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