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Sobrevivir contra todo pronóstico: la increíble lucha de Migue en La Habana

Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 20 de agosto de 2025

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La historia de Migue ha captado la atención de muchos en Cuba y el mundo: un joven que, tras sufrir una grave descarga eléctrica, lleva nueve meses hospitalizado en la sala de quemados del hospital militar “Dr. Luis Díaz Soto”, conocido como “el Naval” en La Habana.

Su situación, crítica en los primeros días, ha evolucionado con cuidados intensivos, múltiples cirugías y apoyo emocional constante, gracias al trabajo de un equipo multidisciplinario comprometido.

Varios perfiles vinculados al oficialismo, como “Marcos Antonio Noticia” y “Logística de Vanguardia”, han compartido su historia con un tono celebratorio, destacando la resiliencia de Migue como ejemplo de la supuesta fortaleza del sistema de salud cubano.

Frases como “cada día es una victoria” o la referencia a los médicos como “Celosos Guardianes” buscan resaltar un acto de dedicación y humanidad, pero también funcionan como una vitrina propagandística.

La narrativa oficial, sin embargo, oculta un contexto más complejo: el sistema de salud en Cuba enfrenta una crisis profunda marcada por la falta de medicamentos esenciales, insumos quirúrgicos escasos, apagones frecuentes y deterioro de la infraestructura hospitalaria. A esto se suma la fuga de personal calificado hacia el extranjero, lo que complica aún más la atención a los pacientes.

Más allá de los discursos oficiales, la historia de Migue refleja una dimensión humana indiscutible. Cada día que el joven sigue con vida es testimonio del esfuerzo real de médicos y enfermeras que, a pesar de trabajar en condiciones extremadamente difíciles, logran salvar vidas y ofrecer acompañamiento emocional a los pacientes y sus familias.

Su supervivencia no es solo un triunfo personal, sino también un ejemplo de dedicación profesional frente a adversidades materiales severas.

Casos como este también muestran la creatividad forzada que surge de la falta de recursos: en otros hospitales cubanos se han documentado soluciones improvisadas, como el uso de botones en lugar de suturas para procedimientos quirúrgicos. Estas historias reflejan la capacidad de adaptación del personal médico, pero al mismo tiempo subrayan la fragilidad del sistema sanitario en el país.

La historia de Migue merece ser contada con claridad: es un relato de lucha, resiliencia y humanidad, separado de cualquier intento de propaganda política. Reconocer los esfuerzos individuales sin ocultar la crisis estructural es esencial para entender la realidad del sistema de salud cubano y valorar verdaderamente la labor de quienes día a día enfrentan enormes desafíos para mantener a salvo a sus pacientes.

Fuente: Leandro Peña Gutiérrez



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