A inicio del mes en curso, un derrumbe se registró en del instituto preuniversitario Saul Delgado, en el Vedado, en La Habana, después de que un pedazo del techo de un aula cayera pudiendo cobrar la vida de dos mujeres.

David Quesada Fernández, profesor del centro estudiantil, compartió la denuncia a través de sus redes sociales y aseguró que el hecho ocurrió el primer día de marzo en una escuela que es “referencia a nivel provincial siendo el Preuniversitario insignia del Vedado”.

El docente cubano compartió la contundente denuncia “sin temor a que pueda ser tildado, sometido o criticado por el hecho de hacer público tan desastroso hecho” advirtiendo que no pretende “hacer leña del árbol caído y mucho menos campañitas publicitarias”.

Quesada Fernández se decidió a tomar la justicia por sus manos para “que sirva de escarmiento a toda aquel que, de cierta manera, y por su incompetencia e incapacidad tuvo responsabilidad en el asunto”.

“No es sed de venganza, es peso en sus conciencias y, que si bien no trajo males mayores como pudo haber sido la pérdida de 1 vida humana y hasta 2 (de las cuales 1 habría sido mi madre y la de otra profesora presente en el local, y en momentos como estos hasta el ateo toca madera) por suerte no tuvimos que lamentar lo peor, lo cual agradezco”, argumentó.

Sin embargo, ante la seriedad del asunto, Quesada Fernández considera que ya “llegó la hora de romper el silencio y llamar las cosas por su nombre”.

“Basta ya de intentar solapar la realidad queriendo tapar el sol con un dedo, los problemas existen y la única manera de resolverlos es tocándolos con la mano y dándolos a conocer, lo que detrás de actitudes indolentes de algunas personas con poder de decisión otras con medios de producción en tiempos tan convulsos llenos de carencias e incertidumbres, intentan mutilar el sentir público para conservar su status”, concluyó, no sin antes advertir que su denuncia ni acaba aquí.

Sus amigos y seguidores reaccionaron a sus palabras y manifestaron su descontento con el hecho que pudo afectar a la madre del profesor.

“Dios mío que horror, La Habana cayéndose a pedazos y siguen haciendo más hoteles que al final tendrá que pasar mucho tiempo para poder llenarlos de turistas. Menos mal que no hubo que lamentar ninguna pérdida humana, ojalá y esto se resuelva rápido”, dijo la usuaria Niurka Marrero.

Al tiempo que el internauta José Manuel Asenjo Artiles agregó: “Profe inadmisible, en peligro muchas vidas, si hubiese habido alguna desgracia, ahí si se forma el corre-corre en función de solución, pero los afectados, se quedan así, porque acá la figura de la indemnización y reparación de daños, por entidades estatales a personas naturales, a pesar de recogerse en la Constitución, aún no se ha instrumentado el procedimiento para ejercer este derecho, lo cual se dilatará, porque serán muchas las entidades e instituciones que recibirán estás reclamaciones o demandas y será mucho lo que deberán pagar...”.

Hace pocos días, la redacción de Cubita NOW informó sobre la muerte de una cubana victima del derrumbe de un techo en la Habana.

Los hechos ocurrieron bajo un comedor social cuyo techo se derrumbó ocasionando el deceso de una mujer que trabajaba en el Sistema de Atención a la Familia (SAF) en el local de la esquina de Monserrate y Lamparilla, y vivía además cerca del sitio.

"Eran más o menos las 4:30 de la tarde cuando se desplomó parte del falso techo", dijo otra empleada de la Empresa de Gastronomía. "Ella era una persona mayor y estaba dentro barriendo cuando se vino abajo parte del techo. Murió en el acto, no se pudo hacer nada porque los trozos que cayeron eran bien grandes", detalló.

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