Un ciudadano portugués fue detenido esta semana tras publicar un video en TikTok donde ofrecía 500 euros “por la cabeza” de brasileños en Portugal. La grabación, cargada de odio y xenofobia, rápidamente se volvió viral, provocando indignación dentro y fuera del país.

La periodista brasileña Stefani Costa fue una de las primeras en denunciar públicamente el video, destacando el fuerte rechazo que generó entre la comunidad brasileña residente en Portugal.

“Cuando los brasileños empezaron a ver el video y se viralizó, muchos fueron directamente a su página de TikTok a confrontarlo. Él respondió grabando más videos, donde insultaba especialmente a las mujeres, llamándolas ‘put*s’ y ‘prostitutas’. Incluso desafió a quienes lo etiquetaban ante las autoridades”, explicó Costa.

Según cifras oficiales, los brasileños representan la mayor comunidad extranjera en Portugal y también figuran entre los colectivos que más discriminación enfrentan, de acuerdo con informes del gobierno luso.

El caso ha reabierto el debate sobre la xenofobia y el racismo en redes sociales, así como la responsabilidad de las plataformas al permitir que discursos de odio se difundan sin consecuencias inmediatas.

Mientras tanto, los comentarios en redes no se hicieron esperar. Algunos reaccionaron con humor e ironía ante el aspecto físico del agresor, haciendo referencia a su “papada” o sugiriendo que “mejor invierta esos 500 euros en terapia”.

Otros, con un tono más reflexivo, se solidarizaron con la comunidad brasileña: “Como colombiano, me siento en el deber de apoyar a nuestros hermanos sudamericanos”, escribió un usuario.

También hubo quienes señalaron la hipocresía histórica detrás del discurso del odio: “Si hace siglos vinieron a América por oportunidades ¿por qué les molesta ahora que los latinoamericanos busquen oportunidades en Europa?”, cuestionó otro.

El individuo ya fue identificado por las autoridades portuguesas, y aunque su rostro fue censurado en varios medios, el caso ya ha dado la vuelta al mundo. El proceso legal está en marcha y muchas organizaciones civiles exigen penas ejemplares y mayor acción contra los delitos de odio, especialmente cuando se viralizan por redes sociales.

Lo que empezó como un video más en TikTok, terminó exponiendo una herida social profunda: la discriminación aún latente contra latinoamericanos en Europa, disfrazada a veces de “bromas”, pero que tiene consecuencias reales y dolorosas.

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