Pianista Leonel Morales sobre su decisión de emigrar: “Si me hubiera quedado en Cuba sería hoy un alcohólico”

Redacción de CubitaNOW ~ jueves 11 de mayo de 2023

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El pianista cubano Leonel Morales, quien emigró a Madrid, España, en 1998, con solo 25 baños, habló sobre la difícil decisión de abandonar la isla para desarrollar su carrera profesional y del arduo comienzo en el país europeo.

Según contó al periodista Michel Hernández para el sitio Cuba Noticias 360, a su llegada a la capital española, comenzó a trabajar de 12 de la noche a 6 de la mañana en un bar, mientras seguía estudiando música.

Morales, quien fuera alumno de Ileana Bautista y Frank Fernández, había obtenido varios reconocimientos nacionales e internacionales antes de quedarse en Madrid, entre ellos, el premio Teresa Carreño. Sin embargo, sentía que su carrera había llegado al tope permisible en su país cuando optó por buscar oportunidades de realización profesional fuera.

“Ya había tocado el techo en todo lo que se podía alcanzar en Cuba. Quería hacer una carrera internacional, pero era imposible. Existía una agencia Cubaartistas que de alguna manera no posibilitaba la expansión. Cuando gané el Teresa Carreño me empezaron a llegar contratos. Pero los desaparecían. Era una cosa horrible. Entonces me di cuenta que había alcanzado un grandísimo nivel, pero me lo tenía que comer yo solo y tocar en mi casa. No había manera de crecer. Cuando me quedé en España tenía una maleta y más nada”, explicó.

La participación en un importante concurso, le permitió un nuevo comienzo al ganar 18 000 euros con los que pudo “alquilar un piso, comprar un piano de cola” y darse a conocer “en toda España”.

“Grabé un disco con la Sinfónica de Madrid que luego fue el mejor disco del año. Me sale un manager y tuve como 6 años compaginando el desarrollo de mi carrera con concursos internacionales. Gané varios premios internacionales fuertes y a los 29 años, casi 30, dejé de competir porque mi carrera estaba muy lanzada y no tenía sentido seguir compitiendo. A partir de ahí fundé el concurso internacional que se celebra en Las Rozas. También creé el festival Leonel Morales and Friends que se celebra en Granada. Actualmente alterno mi labor pedagógica con mi trabajo como concertista”, dijo.

El destacado músico cubano ha ejercido como profesor en el Mozarteum en Salzburgo y en la Universidad Alfonso X El Sabio de Madrid. Ahora reconoce que, si hubiera permanecido en la isla, su vida habría tenido otro curso.

“A ningún cubano le gusta dejar su isla. Amamos nuestra tierra. La revolución cubana nos dio una buena educación y un grandísimo nivel, pero después no deja que uno evolucione. Es un boomerang. Estaba entrando en una depresión. Todo el mundo me conocía, pero no tenía mucho más que hacer. Me dio por estar todo el día bebiendo con amigos. Si me hubiera quedado en Cuba sería hoy un alcohólico. No encontraba otra motivación. Llegaba a la casa y no tenía nada que comer, pero eso era lo de menos. Lo que me estaba hundiendo era el tema profesional. Estaba seguro que podía hacer mucho más”, explicó.

De su decisión de quedarse en España, admitió que “lo tenía pensado”. “No venía con la idea de que cuando te quedas en otro país te forras y ganas mucho dinero enseguida y todo te va de puta madre. Sabía que iba a tener que morder el cordobán. Que tenía que joderme, que tenía que luchar. Ya yo conocía el mundo poque había viajado sobre todo a Europa. Sabía que las cosas no me las iban a regalar, pero toda mi vida en Cuba era una lucha”, comentaba.

“Estudiaba por las noches con un piano viejo destartalado, con mosquitos, con un quinque para alumbrarme y en trusa porque el calor era horrible. Estaba pensando en Beethoven y después saltaba a la azotea para jugar dominó con los vecinos. Eran varias horas de viaje a la universidad todos los días y después cuando salía del ISA tenía que coger la 69 para llegar en dos horas a Lawton donde vivía. Realmente estaba muy bien entrenado. Entonces no había problema ninguno con pasar trabajo. Por eso salí con ganas de comerme el mundo. Mi padre influyó mucho en mí. Él fue propietario de los circos Los Moralitos. Era una familia muy famosa en Cuba antes de la Revolución. Mi padre me inculcó que había que luchar”, agregó.

De las consecuencias de emigrar y especialmente su vínculo con Frank Fernández, defensor del gobierno cubano, comentó: “Hubo un momento duro en el que se me llamó traidor y todos los adjetivos que se proferían en ese entonces contra la gente que se quedaba para tratar de salir adelante. Él me mandó un mensaje donde me decía que lo único que me pedía era que no hablara mal de la revolución”.

“Lo hice no porque me lo pidió, sino porque yo quería llegar a España a buscarme la vida y no ponerme a hablar mal de mi país, aunque estuviera en contra de una serie de cosas. Me fui de Cuba porque no me dieron posibilidades. Si me hubieran dejado salir las cosas habrían sido distintas como es ahora en que los músicos salen, tocan o se quedan el tiempo que quieran o necesiten. Como a los 5 años regreso a Cuba y me meten preso nada más llegar al aeropuerto. Y Frank me sacó de la cárcel. Y no he vuelto”, recordó.

Aun así, mantiene el deseo de volver a tocar en su país. “Le dije a Frank que me organizara un concierto en Cuba porque me hace mucha ilusión ir a Cuba. Me pago todo porque me hace mucha ilusión. Pero él no lo ha hecho y no sé por qué. Y no conozco a más nadie allí. Pero sigue siendo mi ilusión”, expresó.

“Me encantaría ir a la universidad y tener un encuentro con los pianistas. No obstante, el año próximo me iré de turismo a Cuba con mis dos hijos porque están locos por ver dónde nací. Estoy seguro de que sería para todos una buena experiencia”, añadió.


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