Mientras a familias vulnerables de Trinidad se les entregan casas de barro para vivir y una cantidad impensada de cubanos habitan viviendas en condiciones deplorables, el gobierno da los toques finales a la construcción de un nuevo hotel en Sancti Spíritus, que será la mayor instalación turística de su tipo en el territorio.

El Meliá Trinidad Península se encuentra en la etapa de terminaciones y la estructura del centro ya está concluida, señala un reporte de la prensa oficialista local. Las labores fueron asumidas por la Empresa de Construcción y Montaje Sancti Spíritus.

Irán Pérez Cruz, representante en obra de la Empresa Mixta TosCuba S. A., declaró al periódico Escambray que la fase actual incluye, entre otros trabajos, labores de enchape, carpintería y de siembra de la jardinería y de arbustos en las amplias áreas exteriores.

El inversionista de Toscuba S. A. destacó el alto volumen de hormigón empleado, más de 35 000 metros cúbicos, elaborados en una planta productora puesta en funcionamiento en Trinidad para responder a esa y otras obras por desarrollar.

Para el mes de mayo, se prevé comenzar el montaje en el centro turístico de los diferentes sistemas como el de climatización y el de electricidad. El hotel además constituirá el primero que operará en el territorio bajo la administración de la cadena española Meliá Hotels International, con varias instalaciones y años de servicios en la isla.

Meliá anuncia la apertura del hotel para el 2023. La instalación se halla a 10 kilómetros del Centro Histórico de Trinidad y operará bajo sistema Todo incluido y la categoría 4 estrellas plus. También dispondrá de 401 habitaciones, de diversos tipos, en las cercanías de la playa María Aguilar.

Su capacidad incrementará de manera considerable la plataforma hotelera en la península de Ancón, donde están enclavados otros centros como el Trinidad del Mar, el Ancón y el Costasur, que hoy comprenden unas 650 habitaciones en total.

El delegado del Ministerio del Turismo en Sancti Spíritus, Reiner Rendón Fernández, dijo que la obra aportaría una significativa fuente de empleo en el territorio y favorecería el aumento de la captación de divisas a Cuba, para destinarlas luego en beneficio social y económico para el país.

La ejecución de la obra inició en el 2018, pero debió reprogramarse, en lo fundamental, debido a la tardanza en la entrada de suministros desde el exterior, provocada por la crisis sanitaria mundial que ocasionó la pandemia del coronavirus.

Recientemente, se conoció que el gobierno cubano había destinado 56 millones de pesos para un Parque Fantástico, una atracción turística y recreativa en Camagüey. Al tiempo que este sucede, no solo las viviendas, sino una gran cantidad de obras emblemáticas o sociales, permanecen en total abandono.

Al cierre de 2021, casi 90 000 viviendas en Cuba tenían piso de tierra y miles de personas vivían en más de 8900 cuarterías, según datos oficiales. En 2021, solo se cumplió en el 47 por ciento del plan de construcción previsto para ese año.

Las autoridades se proponen levantar en 2022 unas 38 000 viviendas, una cifra ínfima si se observa que, además de las decenas de miles de casas con piso de tierra, hay otros 48 293 hogares afectados por fenómenos climatológicos (de ellos el 66 % son derrumbes totales).

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