¡No se cambia una nación mirando desde la acera!: el grito que despierta a Cuba
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 6 de octubre de 2025

Una publicación compartida por Yosmany Mayeta Labrada en sus redes sociales ha desatado una ola de reacciones dentro y fuera de Cuba. La crónica, escrita por un colaborador que reside en la Isla, expone con crudeza la realidad que viven los cubanos y la manera en que el régimen manipula incluso la idea de la libertad.
“No se cambia una nación mirando desde la acera”, comienza el texto, que se ha convertido en consigna entre quienes piden un despertar colectivo. La reflexión gira en torno a la situación de José Daniel Ferrer García, líder opositor encarcelado durante años y ahora supuestamente “liberado”, aunque no hacia su casa, sino hacia el destierro.
El autor denuncia que no se trata de un acto humanitario, sino de una jugada política: liberar el cuerpo, pero desterrar la conciencia. “El régimen lo presenta como un gesto de clemencia, pero es miedo disfrazado de misericordia”, escribe. Y es que en Cuba —afirma—, liberar a un opositor no significa reconciliación, sino advertencia. El mensaje es claro: luchar tiene precio, y ese precio es tu Patria.
La crónica profundiza en la dimensión psicológica del miedo. El autor describe cómo el poder ha logrado convertir el silencio en una forma de obediencia y la prudencia en un disfraz de cobardía. “El grillete más cruel no es el que se lleva en los tobillos, sino el que aprieta el alma”, señala. En un país donde la censura se disfraza de orden, callar se convierte en estrategia de supervivencia… pero también en una muerte lenta.
“Callar —dice— es morir despierto.”
Y esa frase resume la tragedia cubana: un pueblo acostumbrado a sobrevivir entre susurros, a medir las palabras, a cargar con una prisión invisible.
El colaborador llama a romper esa inercia. Afirma que la libertad no es una dádiva ni una concesión del poder, sino un deber moral. “Cuando un solo hombre es castigado por pensar distinto, toda una nación queda herida.” Ferrer —sostiene— no representa perfección, pero sí evidencia el mayor temor del régimen: la conciencia libre.
El texto cierra con una exhortación que ha resonado en redes sociales:
“El cambio no vendrá de una figura milagrosa ni de un discurso. Vendrá el día que el cubano común —el que madruga, el que sufre, el que espera— entienda que su silencio es el combustible de su propia opresión.”
“No se cambia una nación mirando desde la acera. Se cambia caminando juntos hacia el centro de la calle, donde el miedo tiembla y la dignidad despierta.”
Las reacciones han sido abrumadoras: mensajes de apoyo, llamados a la unidad y un sentimiento compartido de que, en Cuba, el cambio solo nacerá cuando el pueblo pierda el miedo.
Tomado del perfil de Yosmany Mayeta