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Díaz-Canel admite que no hay plan para limpiar La Habana

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 6 de octubre de 2025

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Demagogia y descaro. Así se resume la más reciente intervención de Miguel Díaz-Canel, quien reconoció públicamente que el gobierno cubano no tiene un plan sostenible para resolver la crisis de la basura en La Habana.

“Hicimos un esfuerzo este fin de semana, pero no vamos a resolverlo todo”, dijo el mandatario, dejando claro que, tras décadas de promesas incumplidas, la suciedad seguirá marcando el rostro de la capital cubana.

El gobernante trató de presentar como un logro la movilización masiva de trabajadores estatales, reclutas y policías para recoger desechos en algunas zonas, especialmente cerca del Palacio de la Revolución, donde las cámaras registraron su “participación” simbólica.

Sin embargo, la realidad es que la mayoría de los barrios siguen inundados de basura, malos olores y plagas.

Mientras Díaz-Canel apela al “esfuerzo colectivo” y pide a la gente “sistematizar el trabajo todos los días”, los cubanos saben que el problema no radica en la voluntad del pueblo, sino en la ineficiencia estructural de un sistema que no puede garantizar combustible, camiones ni un manejo racional de los residuos. La basura es solo el síntoma más visible de un modelo colapsado.

Resulta insultante que, después de 65 años de “revolución”, el gobierno siga improvisando ante un problema tan elemental como la higiene pública. Lo que antes se resolvía con planificación municipal, ahora requiere la presencia del propio presidente para recoger escombros frente a las cámaras. Y aun así, no hay solución.

Las calles de La Habana se han convertido en vertederos al aire libre. Los desperdicios se amontonan en portales, esquinas y solares; cuando llueve, flotan entre aguas pestilentes que entran en casas, hospitales y escuelas. En palabras del propio ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Armando Rodríguez Batista: “Esa basura no está contenida, está regada por toda La Habana”.

El pueblo, cansado de la propaganda, denuncia a diario la desidia gubernamental. Los contenedores rotos, la falta de piezas para los camiones y la escasez de combustible se suman a la negligencia de los funcionarios, que solo reaccionan ante la presión mediática.

Mientras tanto, Díaz-Canel y su comitiva siguen recorriendo la ciudad con cámaras y discursos vacíos, demostrando una vez más que su gestión se basa en la apariencia y no en la acción.

En Cuba, la basura se recoge por fotos, no por planificación.

Y el mal olor que inunda las calles no proviene solo de los desechos: también huele a demagogia y a fracaso.



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