"En estos 60 años apenas he podido trabajar porque parí jovencita, con 20 años. Mi hijo nació con una malformación congénita en el riñón derecho, que a los tres días de nacido a él le extirparon el riñón derecho y a partir de ahí, mi hijo quedó sordo-mudo", denunció una madre cubana su crítica situación.

"Nunca ha hablado, nunca ha oído, ya va a cumplir 40 años de sordera y de mudez. Por esa razón yo no he podido trabajar porque tuve que enfrentarme como madre a atender y cuidar de mi hijo", dijo María Caridad Rodríguez Vera, desde Songo-La Maya, Santiago de Cuba, en un video compartido por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos.

"Los médicos me recomendaron darle agua fría, mucho líquido frío. Que yo no he podido darle porque como yo no puedo trabajar a ver cómo ahorro para comprarle un frío. Mi hijo no ha podido tomar agua fría porque nadie le ha prestado atención. No tiene los recursos que él necesita realmente".

"Yo he tenido que enfrentarme a la atención de él porque mi hijo no sabe valerse por él. A mi hijo hay que hacérselo todo. Mi hijo se orina en la cama, hace sus necesidades en la cama cada vez que se antoja y entonces yo tengo que bañarlo, cepillarlo. Hay que hacérselo todo: peinarlo. Él no se sabe valer por él. No sabe hacer nada".

Según el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, María Caridad Rodríguez Vera vive en deplorables condiciones junto a su hijo, discapacitado y con problemas de salud. El gobierno nunca les ha prestado atención, dejándolos totalmente desamparados.

"Para él nunca ha habido posibilidad. Cuando se hizo la repartición de los artículos que le dieron a estos casos, yo al ver que a mi hijo no le dieron nada, yo fui hasta la provincia", contó.

Sin embargo, la madre contó que le dijeron que esa ayuda ya no estaba dando. "Por esa razón, mi hijo ha quedado fuera de todo. A mi hijo no le dieron nada".

"Mira la situación que tengo con la casa. Esta casita prácticamente no sirve porque esta la inventé yo como pude con pedacitos de zinc que he encontrado por ahí y mambú".

"En el 2019 yo plantee la situación que tengo con la vivienda y en febrero de 2020 estuvo aquí la presidenta del gobierno del municipio Songo-La Maya. Entonces la presidenta quedó de que me iban a hacer una casita para mejorar la situación que teníamos y todavía yo estoy esperando".

"Yo seguí haciendo hincapié. Fui a la provincia, al partido, pero no me concedieron la entrevista. En el 2022 vino otro personal del municipio Songo-La Maya, quedaron de que me iban a hacer la casita. Eso fue en el 2022. Estamos en marzo de 2023 y (...) todavía aquí no ha vuelto más nadie. Aquí no ha venido nadie. A nadie le ha importado la situación", dijo la madre al Observatorio Cubano de Derechos Humanos.

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