La situación con la recolección de basura en varias zonas de La Habana continúa empeorando y los ciudadanos están llegando al límite. En la intersección de San Nicolás, Tenerife y Reunión, en el barrio de Los Sitios, vecinos decidieron prender fuego a los cúmulos de desechos que llevaban días acumulados sin ser recogidos.

El hecho no solo generó una gran columna de humo en la zona, sino que expone una vez más la crisis sanitaria que vive la capital.

El fuego, más allá de su impacto ambiental y de los riesgos que representa, se ha convertido en una forma de protesta ante el abandono institucional. En ausencia de una respuesta efectiva por parte de los servicios comunales, la ciudadanía opta por acciones drásticas para deshacerse de la basura, aun sabiendo que están poniendo en riesgo su salud y la del vecindario.

Esta situación no es exclusiva de Los Sitios. En barrios como El Cerro, Diez de Octubre, Centro Habana y Marianao, escenas similares se repiten con frecuencia. La falta de camiones recolectores, combustible y una gestión eficiente del sistema de limpieza urbana ha provocado que los montones de basura formen parte del paisaje diario.

A esto se suman las altas temperaturas del verano y la proliferación de plagas, lo que agrava el peligro sanitario. Los incendios provocados, aunque peligrosos, revelan un nivel de desesperación que no puede seguir siendo ignorado.

El problema ha dejado de ser una cuestión estética o de orden: ahora es una amenaza directa a la salud pública y a la seguridad de los ciudadanos.

La comunidad exige soluciones urgentes, sostenibles y responsables. El pueblo no puede ni debe seguir asumiendo las consecuencias de un sistema que no responde.

Crédito: Saúl Manuel

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