Lara Crofs denuncia amenazas y cerco policial: “No voy a callar”
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 16 de abril de 2025

La activista cubana Yamilka Lafita Cancio, conocida como Lara Crofs en redes sociales, denunció este miércoles haber recibido amenazas de muerte y estar sometida a un cerco policial frente a su vivienda en La Habana. Las intimidaciones, compartidas por la propia activista en sus redes sociales, forman parte de un patrón de acoso que ha venido documentando públicamente en los últimos meses.
A través de su perfil de Facebook, Lafita hizo públicas capturas de pantalla con mensajes violentos enviados desde una cuenta oficialista que la insulta, amenaza y cuestiona su derecho a expresarse y vivir libremente en Cuba.
“Recuerda que cualquiera tiene un accidente... Fuego y muerte para los gusanos”, dice uno de los mensajes. Otro afirma: “Tú te crees que porque tienes cuatro pesos puedes mandar en Cuba. En Cuba mandamos los revolucionarios, no los gusanos”.
Ese mismo día, la activista denunció el inicio de lo que describió como una nueva jornada de “represión matutina”. Desde temprano, un agente —escondido detrás de un árbol— le gritó junto a un grupo compuesto por dos policías y dos jóvenes que Lafita identifica como posibles "Marianas", mujeres usadas para intimidar y agredir a disidentes.
El grupo le comunicó que no podía salir de su casa, sin ofrecer una explicación clara, más allá de su "comportamiento".
"Lo vociferó como si estuviera en una escena del viejo oeste", escribió Lafita con ironía. "Pero aquí no hay película, hay represión real".
La activista cuestionó el uso de recursos públicos —motos, patrullas, combustible— para montar operativos contra ciudadanos pacíficos, mientras muchas necesidades básicas del país siguen sin respuesta. También criticó la cobardía de quienes se ocultan para imponer estas medidas: “¿Por qué ese agente se oculta tras un árbol para decir lo que dice? ¿Será que, en el fondo, sabe que lo que hace no es justo?”.
A pesar del hostigamiento, Lafita reafirmó su decisión de no callar:
"Reprimir al que alza la voz no apaga la verdad. Solo la retrasa, la encierra un rato, pero la verdad encuentra caminos. Hoy me tocó a mí recibir la amenaza, pero no soy la única. Y no voy a callar".
Desde su encierro impuesto, concluye con una reflexión sobre el absurdo de una vigilancia constante:
"En este reparto se madruga… pero no para trabajar o estudiar, sino para vigilar, intimidar y callar. Y aún así, no lo lograrán".