¡EE.UU. podría estar al borde de una nueva crisis de consumo! Las alarmas han comenzado a sonar en los pasillos de las grandes cadenas minoristas y en los hogares de millones de estadounidenses tras el golpe comercial del presidente Donald Trump: un arancel del 145 % sobre casi todas las importaciones chinas.

La medida, que pretende presionar a Beijing en medio de una tensa guerra comercial, amenaza con vaciar los estantes de productos básicos y desatar un escenario de escasez que recuerda a lo vivido durante los peores días de la pandemia.

Los expertos no dudan en advertir: si estos aranceles se mantienen, el país podría enfrentarse a una caída de hasta el 20 % en las importaciones para la segunda mitad del año. ¿Qué significa esto en términos reales? Adiós a la ropa barata, juguetes accesibles, calzado asequible y gadgets económicos. Incluso productos tan cotidianos como el jugo de manzana o el pescado podrían desaparecer de las estanterías debido a las dificultades logísticas y el costo de almacenarlos.

¡Y no se trata de una predicción lejana!. Ya hay empresas cancelando pedidos y grandes nombres como Target han suspendido compras. Las consecuencias comienzan a sentirse: productos retenidos en China, almacenes vacíos y pymes enfrentando facturas de cientos de miles de dólares en aranceles. Jessica Berger, fundadora de Bundle x Joy, lo dijo claro: “Hace seis meses esto me habría llevado a la quiebra”.

¿El resultado? Una tormenta perfecta: menos productos disponibles, precios inflados, consumidores frustrados y una cadena de suministro al borde del colapso. Dean Croke, experto en logística, anticipa un impacto duradero incluso si se levantan los aranceles hoy: “Tardaremos meses en recuperarnos”.

Y mientras tanto, Trump se reúne, duda, evalúa... pero no actúa. La amenaza se cierne sobre fechas clave como el 4 de julio y Navidad. ¿Qué pasará cuando las familias busquen regalos y solo encuentren estantes vacíos?

El escenario es claro: si no se revierte esta política arancelaria en las próximas semanas, podríamos estar frente a una crisis de consumo sin precedentes. ¡El caos económico está a la vuelta de la esquina, y esta vez, no será el papel higiénico lo primero en desaparecer!

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